Orizaba, Ver. – Han pasado más de 24 horas del asaltado vivido y la activista Araceli Salcedo Jiménez sigue en shock, entre dolor y coraje narró a los medios de comunicación a través de un mensaje de voz en whatsapp la terrible odisea vivida
“Hola buenas noches a todos antes que nada les doy gracias a los que se han tomado el tiempo de mandarme un mensaje, de hacerme una llamada, de preguntarme cómo estoy, cómo estamos”, inicia.
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“Desafortunadamente como ustedes saben, el día de ayer 24 de agosto, un día donde teníamos que estar celebrando el cumpleaños número 33 de mi hija Fernanda, desaparecida desde el 7 de septiembre del 2012, a la edad de 21 años, nuevamente, sufrimos un acto de violencia cuando transitábamos por la autopista Orizaba-Puebla, poco de llegar a Esperanza”, dice.
“Venía mi hijo conduciendo, yo venía de copiloto y en la parte trasera venía mi nuera con tres niños, uno de 8, otro de 10, y uno más de 10 meses de edad, cuando de repente me percató que un trailero casi nos pega por la parte derecha de donde yo venía y se enfiló hacia enfrente”, describe.
Añade: “En eso veo venir hombres con armas largas, equipo táctico, radios satelitales y le digo a mi hijo ya valió madre, se van a llevar al trailero y mi nuera solamente les decía a mis nietos que se calmaran, tranquilos todos”.
Señala que detrás de ellos iba su escolta Oscar, el cual ya tiempo protegiéndola: “Venía dándonos el seguimiento, y le empieza a hacer señas a mi hijo para que se echara para atrás, para atrás y eso hizo mi hijo, pensábamos que iba por el trailero, pero nunca nos imaginamos que fueran sobre la camioneta, sobre nosotros”, subraya la activista.
“Llegó un momento en el cual ya no nos pudimos echar para atrás, porque uno de ellos le apunta a través del parabrisas directamente a mi hijo y los otros se ponen de lado apuntándonos con armas largas y nos decían que nos bajáramos; a mi hijo, cuando baja el cristal, le piden su cartera y le dice mi hijo, no, no traigo cartera”, narra Araceli.
Es entonces que el hijo de la informante suplica “Por favor, traigo a mi familia, traigo a mis hijos, por favor venimos pura familia, venimos pura familia, pero uno dijo me vale madre, cállate y mi hijo guardó silencio".
Después de unos segundos, Araceli señala: “Vemos que se van hacia la parte trasera de la camioneta, ya habían despojado a mi hijo de un teléfono y a mi nuera le estaban exigiendo el suyo; yo volteo y veo como uno de ellos, un empistolado le arrebata a mi nieto, a un niño de 10 años su video juego de Nintendo".
Araceli dice que al ver a los delincuentes dirigirse hacia el escolta: “Solamente decía, Oscar, que no te vean el arma, que no te vean el arma, pero llegan con él y le quitan sus teléfonos y regresan con nosotros”.
Explica que el tipo del radio que estaba del lado de ella decía: “Güey, no mames, trae niños, trae niños y no sé qué le contestaban ¿no?, pero volteaba a ver al otro y caminaba cuando de pronto agachó la cabeza y me dice, órale, órale, verga, órale perro”.
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La fundadora del colectivo Familiares de Desaparecidos Orizaba-Córdoba precisó que al ver los hechos; “Le digo a mi nuera que se bajara con los niños por lo cual desciende y se va hacia la parte trasera a donde estaba el escolta y se sube al carro, yo solamente estaba haciendo tiempo en bajarme para que se pudiera bajar mi hijo y le decían, órale a la verga cabrón, a la verga”.
“Y empezó a echarse hacia atrás, hacia atrás, yo también, cuando en eso escuchó que grita uno de ellos, súbelo, súbelo, que él maneje, porque no le podían quitar el seguro y yo entré en pánico, le decía no, a mi hijo no, por favor, a mi hijo no, no, no”, suplicaba en medio de una crisis nerviosa Salcedo Jiménez.
Araceli dice que finalmente su hijo pudo bajar de la camioneta CRV tipo Touring modelo 2024, pero ante los nervios le da un golpe.
“Vamos caminando y está el tipo con armas largas y nos siguen apuntando hacia atrás, se verdad que es algo terrible, algo que no se lo deseó a nadie, algo que no debería de estar pasando absolutamente a nadie”, destaca la buscadora de personas desaparecidas.
“Ni siquiera iba de viaje, venía a Ciudad de México con tiempo para poder llegar a mis estudios y someterme a un tratamiento nuevo de cáncer en el INCAN con medicina nuclear” detalla y añade: “Tenía que estar hoy (domingo) muy temprano entonces nos venimos con tiempo y pues lamentablemente esto no sucedió".
Araceli recuerda con impotencia a tantos vehículos, tantas personas que estaban ahí: “Todos veían y entiendo su miedo pero no hacemos nada para acabar con este tema de la delincuencia”.
Para ella: “Lo más terrible de todo es que a un kilómetro y medio de donde nos asaltaron estaba un retén de Guardia Nacional con dos camionetas permanentes y después de ese retén, a casi dos kilómetros otro retén de Guardia Nacional, también con dos camionetas permanentes y les avisa el otro escolta a los de guardia sobre el asalto y el paso de la camioneta y supuestamente se fueron tras de ella pero no la encontraron”.
“Esa camioneta no podía haber llegado lejos porque el sensor lo traigo yo, lo teníamos nosotros y por eso esa camioneta solamente pudo haber avanzado unos 10, 12 o 15 kilómetros cuando mucho, y se les tuvo que haber apagado en automático” expresa la agraviada.
“Yo no entiendo por qué Guardia no los alcanzó, de verdad estoy muy triste, estoy en shock aún, tan solo en cerrar los ojos los veo a ellos encañonando a mi hijo, encañonándome a mí, a mis nietos, mi nieta lloraba y se abrazaban”, narra una voz quebrada.
Para Salcedo Jiménez, los delincuentes son tipos indolentes, no le tienen temor a Dios, no tienen miedo a nada, han crecidos en la inseguridad y delincuencia, esto pasa todos los días.
“Que pasa con nuestra autoridad, creo que espera a que haya sangre, muertos para decir ah si, si está pasando”, dice Salcedo quien dice que espera que los hechos sean esclarecidos.
¿La activista interpuso denuncia por el robo de su camioneta?
Finalmente cabe señalar que la activista interpuso denuncia ante la Fiscalía General de la República, en donde se inició el expediente FED/CDMX/SPE/0004582/2024 por el delito de robo en contra de quien o quienes sean responsables.