Orizaba, Ver.- Con la llegada de la primavera se consume más alcohol y cerveza, se llenan los bares, antros, cantinas y, junto con ello, cada día son más los adolescentes y jóvenes que caen en las garras del alcoholismo y las drogas, mencionó Juan X, integrante del Grupo Fortaleza.
En entrevista señaló que para cuando llega el verano, el incremento en el consumo de las bebidas embriagantes es superior y, se nota mucho la afluencia de gente en los bares, fiestas y festivales de música, pero ninguno de los chicos solicita ayuda en los grupos de Alcohólicos Anónimos.
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Juan X, quien es miembro de la Central Mexicana de AA, dijo que además de los problemas que de por sí causa beber en exceso, se acercan a una posible adicción.
Subrayó que la pérdida de control es una conducta habitual en las personas que están bajo los efectos del alcohol. Otro problema derivado de ese consumo, que no se debe menospreciar es el daño que se provoca a terceras personas como lo son los padres, esposa e hijos.
¿El alcoholismo es curable de acuerdo a los AA?
Explicó que el alcoholismo es una enfermedad incurable y mortal por sus consecuencias, ya que es muy peligrosa para la salud y, es por ello que hay que es necesario recibir un tratamiento para poder dejarla atrás.
Reveló que la mejor opción para superar la adicción al alcohol y las drogas es ingresar en un grupo de Alcohólicos Anónimos.
Señaló que hay niños que inician en el consumo a partir de los 11 años y, corren el riesgo de acostumbrarse a relacionar la ingesta de alcohol con sus capacidades para interactuar socialmente.
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El incremento de menores adictos al consumo de alcohol, enfatizó, es un problema social y, fundamentalmente de educación, que requiere de un cambio de mentalidad en las familias, para que de culpabilizar al menor o protegerlo de su adicción, deben pase a dialogar y detectar si la vida del adolescente o joven está condicionada por su adicción, señaló.
Reconoció que, en Alcohólicos Anónimos hay muy poca presencia de jóvenes, porque es muy difícil identificar y reconocer el problema en edades tempranas.
Además de que la falta de madurez psicológica, -propia de la adolescencia-, dificulta el manejo de muchas sensaciones y efectos que produce el consumo de en la persona, que por el supuesto “bienestar” que siente, se vuelve adicta, concluyó.