Orizaba, Ver.- Alpinistas del Valle de Orizaba colocaron en el Púlpito y el Glaciar Jamapa, la zona más peligrosa del Coloso de México, un cinturón de seguridad para evitar accidentes. Durante 48 horas veinte montañistas con mazo y martillo enterraron en rocas 30 anclajes y tendieron 500 metros de cuerda perlón, señaló Carlos Altamirano Lima, integrante de rescate alpino de Veracruz y coordinador del proyecto.
Durante la madrugada, los escaladores con mochilas en la espalda iniciaron el ascenso por la ruta del Espinazo del Diablo. Pisaban piedras y arena, porque no hay nevadas desde diciembre a la fecha. Alrededor se escuchaba cómo soplaba el viento gélido y la respiración de los alpinistas se hacía cada vez más agitada. Cada integrante se enganchó con el arnés a la cuerda como medida preventiva. Caminaron a paso lento hasta llegar al Púlpito mientras el amanecer los sorprendía.
Llegaron a los 5 mil 300 metros de altura del volcán Pico de Orizaba, desde donde se puede observar: La Malinche, el Popocatépetl y la Sierra Negra, donde se encuentra El Gran Telescopio Milimétrico.
Relató el entrevistado que iniciaron la instalación de los anclajes y la cuerda perlón. Soplaba el viento que arrastraba arena que impedía la colocación del cinturón de seguridad. Golpeaban con mazo, pero en 60 minutos terminaban entumidos de brazos y manos.
Las manecillas del reloj circulaban con rapidez. Pronto llegó la tarde y empezaba a oscurecer. Inició la encordada de retorno al albergue, donde descansaron para iniciar al otro día nuevamente, el lento ascenso. En vez de respirar jadeaban los montañistas. De 20 escaladores sólo participaron diez alpinistas, los otros sufrían cansancio, pero lograron el objetivo: empotrar los anclajes y el tiro de cuerda para que los montañistas no sufran accidentes mortales.
“Misión cumplida gracias a empresarios de Orizaba Pueblo Mágico que apoyaron para la instalación del cinturón de seguridad en la zona del Púlpito y Glaciar Jamapa”, agregó Altamirano Lima.
El grupo emprendió el regreso, cansado pero contento de haber cumplido con el objetivo para que ya no haya más muertes en el volcán Pico de Orizaba.
De acuerdo a las estadísticas de Protección Civil y Rescate Alpino, el 90 por ciento de los accidentes en la cara Sur del Pico de Orizaba ocurre en un camino, que sufre de la constante caída de rocas desde la base del Púlpito, como consecuencia de los cambios climáticos y por la erosión natural de la montaña.