Las autoridades no han atendido la pérdida de glaciares en el Pico de Orizaba, donde el último está por desaparecer. Éste nos está dando agua a costa de derretirse, por lo que la escasez no es tan drástica.
Sin embargo, no se está haciendo nada por parar la pérdida de las nieves eternas, lo que es irreversible, consideró Beatriz Torres Beristáin, investigadora del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana.
Puntualizó que el río Pixquiac del que proviene el 40% del agua de Xalapa estaba seco. Ahora con las lluvias recientes ha vuelto su caudal, sin embargo, de no aprender a vivir con menos agua, gobierno y sociedad tendrán un grave problema.
Se ha hecho un abuso del agua y no es posible que se continúe utilizando agua limpia para descargar el baño, pues la escasez es un tema que no ha tomado en serio ni sociedad ni gobiernos, por lo que se carece de las políticas que regulen el uso y cuidado.
Explicó la investigadora que en México no se ha tomado en serio el cambio climático y las consecuencias que hoy se resienten no han sido de un día para otro. La pérdida de suelo se podría resentir con mayor impacto en un futuro, pero aún tenemos la oportunidad de reflexionar y de influir en las mayorías para exigir los cambios necesarios.
Los cambios drásticos en la temperatura y los fenómenos naturales que se están viviendo en los últimos días son a consecuencia de la pérdida de la cubierta vegetal que se ha venido dando desde hace varios años. Quizás llueva lo mismo, pero ahora se concentra en menos meses y en una mayor intensidad, dijo Torres Beristáin.
La erosión de la tierra se ha dado a causa de la tala inmoderada y la única forma de paliarlo cuesta mucho dinero que nadie quiere invertir en las montañas o en las tierras comunales donde nace el agua.
El receso que se la dado a la tierra, luego de la pandemia, asentó, se tendría que aprovechar para cuestionarse seriamente sobre qué futuro se podría construir sin hacer tanto daño al planeta. Se ha podido observar qué tan tóxicos somos los humanos, sin embargo, sí se puede vivir de otra manera y aunque la economía globalizada diga que no, lo cierto es que gran parte de las cosas importantes no se resuelven sólo con dinero.
Es una obligación enseñar a nuestros hijos a vivir con menos artículos para disminuir el consumo, pero a nivel general debe haber reglas y organización, pero ha faltado la voluntad de las autoridades para acceder al cambio, añadió.
La investigadora concluyó que se tiene que estudiar la posibilidad de hacer más con menos, por lo que le dio gusto escuchar que Holanda anunció que este año decrecerá, lo que significa que reduciría la emisión de contaminantes a la atmósfera. “Espero que este golpe (Covid-19) nos haga reflexionar y tener un futuro más esperanzador”.