En víspera de la llegada del horario de invierno, que entrará en vigor el próximo 25 de octubre a las 2:00 horas, hay quienes consideran es un buen momento para replantear la propuesta de que solo rija éste, sobre todo porque la pandemia ha ocasionado alteraciones de sueño y hábitos y aún no se sabe cuándo terminará.
Inés Elena Flores tiene 63 años y está convencida de que el cambio de horario no tiene beneficio ni en el ahorro de energía eléctrica ni en ningún otro ámbito, por el contrario, afirma que a ella le afecta su sistema nervioso.
“Este año fue el horario de verano, luego la pandemia y cuando apenas nos estamos acostumbrando, ya viene otra modificación. Creo que por salud se debe quedar ya el de invierno de forma permanente”, manifestó.
Esta opinión es respaldada por Gustavo Cruz, un joven estudiante de 22 años, quien por la ansiedad y el estrés generado en los últimos meses lograba conciliar el sueño hasta las 3 o 4 de la mañana, con algunas consecuencias en su rendimiento escolar.
“Me pasó por la pandemia, pero también cada que hay cambios de horario me cuesta trabajo adaptarme. Ando todo cansado y a veces hasta me mareo. A mí me da igual cuál horario se elija, pero que nada más haya uno”, declaró.
El estudiante de Biología considera que la pandemia ha obligado a muchas personas a construir un horario en casa tomando en cuenta las indicaciones de las autoridades sanitarias.
“Ahora viene un cambio y luego otro en abril; si la contingencia sigue, ¿qué tanto ese juego puede tener repercusiones más graves en la salud?”, cuestiona.
Ante la recomendación de cuidar la salud mental en estos tiempos, Inés Elena Flores reflexiona en torno a cómo se puede lograr hábitos de sueño saludables y mantener horarios de sueño regulares si el ser humano está expuesto a la crisis por Covid-19 y a los horarios impuestos por el gobierno.
Giovanni Melchor Martínez, quien es estudiante de Medicina, comparte que está comprobado científicamente que los hábitos para la prevención del Covid han perturbado el sueño a miles de personas, a quienes ahora les cuesta dormir por la falta de actividad física, por pasar muchas horas en el celular o computadora con clases o trabajos, y porque muchos hacen teletrabajo.
“Lo que menos necesitamos son más cambios”, apunta para enseguida mostrarse a favor de que el horario de invierno ya se quede fijo. Mientras sus voces hacen eco, habrá que retrasar el reloj el próximo domingo.
La sugerencia del Centro Nacional de Metrología (Cenam) es no esperar a las 2:00 de la mañana, sino hacer el ajuste desde el sábado 24, antes de irse a dormir. Esta indicación para los mexicanos no aplica en quienes radican en la franja fronteriza con Estados Unidos, donde comienza una semana después. Además, quienes viven en Quintana Roo o Sonora deberán mantener intacto su reloj; en estos territorios no aplica el horario de verano.
Durante el horario de invierno habrá luz a horas más tempranas y como consecuencia oscurecerá más temprano.
De acuerdo con un comunicado de la Sociedad Española de Sueño, este horario promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de diversas enfe