PUENTE NACIONAL, Ver.- Parado en medio de su milpa, Don Miguel observa el desolador panorama. Las pocas plantas de maíz que pueden contarse en las casi dos hectáreas de terreno miden menos de medio metro de alto cuando para estas fechas deberían ya rebasar el metro y medio. La sequía acabó con la ilusión de don Miguel de tener cosecha de maíz este año.
Con la esperanza de que su tierra produzca, en los surcos secos que quedaron vacíos, el campesino decidió sembrar frijol. En cuatro días y con sus propias manos plantó varios centenares de semillas con la ilusión de que para diciembre pudiera tener aunque sea la mitad de la cosecha del año pasado sin embargo, la falta de agua también impactó en la producción y las plantas no alcanzarán su tamaño.
“El año pasado coseché una tonelada y 200 kilos de frijol, este año, exagerando, voy a poder rescatar 2 kilos. Y de maíz la cosa está peor, pasé de 3 toneladas a unos cuantos gramitos que ni para las tortillas alcanzará”, explica el hombre originario de la comunidad de Potrerillo.
Así de grande es el desastre en Puente Nacional.
LLOVIÓ 4 VECES EN TRES MESES
Mientras camina por su terreno, Miguel Hernández Sánchez cuenta resignado que en su caso la pérdida es total ya que las pocas matas de maíz que están en pie son aquéllas que se dieron de manera atrasada y que ya no llegarán a su edad adulta. En esas cuantas plantitas queda la inversión de cerca de 12 mil pesos y el trabajo tanto de él como de los trabajadores que contrata para hacer los surcos y ayudar a sembrar.
A pesar de que el terreno luce húmedo, el corto aguacero que cayó la mañana de este jueves en la zona fue apenas la quinta lluvia en más de tres meses. Por ello el panorama fue desolador para los campesinos de Puente Nacional. “En julio son las aguas y no cayó nada, ni una gota. En agosto cayeron dos aguas y en septiembre dos más. Para que me entiendan en estos meses llueve de a razón de un día sí y uno no”, expuso.
Será la primera vez en décadas que tras un año de trabajo, don Miguel no obtenga ganancias económicas para la subsistencia de él y su esposa. Sin embargo, advierte que eso no lo va a desanimar ya que su experiencia como campesino lo lleva a pensar que para el próximo año se tengan buenos precios en sus productos. “El frijol te lo pagan en 30 pesos por kilo y el maíz en tres o cuatro pesos. Con unos pesos que se eleve el precio nos puede ayudar a recuperar lo que se perdió este año”.
El campesino asegura que se oyen rumores de que el Gobierno del Estado entregará cerca de 3 mil pesos por hectárea como apoyo del seguro de catástrofe y aunque eso no es ni la mitad de lo invertido, por lo menos garantizaría que para el próximo año pudieran comprar semillas para volver a sembrar. “Ya es a fuerza que tenemos que comprar semillas cada ciclo, ya no es como antes que se podía sembrar de las mismas porque te sale un maíz criollito que no sirve”, lamentó.
EN POTRERILLO LA SEQUÍA LOS SUMIRÁ EN LA POBREZA
Como Don Miguel, hay 31 campesinos más en Potrerillo que perdieron la totalidad de dos y hasta tres ciclos de cosechas de maíz y cultivos alternativos. De los 35 productores que en total hay en esta comunidad de 100 familias, solo 3 o 4 lograrán tener algunos kilos de ganancia. La diferencia fue que estos apostaron a sistemas de riego que tienen que pagar extra y que encarecen por completo el ciclo. “Cobran 350 pesos la regada más el regador que cobra 200 pesos son 550 pesos por regada y tiene que ser mínimo cada 10 días por dos meses. Nos viene saliendo en tres o cuatro mil pesos”, explica Pascual León Contreras, agente municipal de Potrerillo.
El también campesino explica que en total, cada productor destina entre 7 a 8 mil pesos por cada una de las hectáreas que siembran contando el pago del tractor, los jornales, fertilizantes, pesticidas y la semilla. Este monto, reconoce, se puede recuperar y hasta obtener algo de ganancia con la venta del frijol y el maíz “a buen precio” sin embargo, este será el primer año en que podrían no solo no tener ganancias sino varios miles de pesos en pérdidas.
“Aquí todas las personas sembramos la primera vez y las matas no levantaron, con la fe de que las aguas venían se volvió a sembrar y nada. Hay incluso personas que sembraron en un tercer ciclo y nada. Todo se perdió: surcada, barbechada, trabajo y lo peor, la semilla que está tan cara porque dan el bulto a hasta a tres mil pesos y no recoger nada. La verdad es que si duele que con tanto trabajo hace uno el dinero para desperdiciarlo”, lamentó.
Precisó que ya se presentó al ayuntamiento de Puente Nacional una relación de los 32 productores con pérdida total a fin de lograr que las autoridades estatales apoyen a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) puedan apoyar a las familias de Potrerillos que se quedaron no solo sin ganancias sino también sin la certeza de tener comida caliente en su mesa durante el próximo año. “No le vamos a decir que aquí el dinero nos alcanza para todo pero si sabemos que si logramos economizar alcanza para lo indispensable y por lo menos sabemos que con tener nuestra olla de frijoles y las tortillas con eso la hacemos. Pero desafortunadamente sin frijol y maíz nos quedamos con la panza vacía todo el año”, lamentó.
CAMPESINOS POBRES, LOS MÁS AFECTADOS
En total, fueron más del 60 por ciento de las hectáreas de siembra del municipio de Puente Nacional las que se perdieron por la sequía que desde enero pasado se mantiene en la región confirmó Carlos Lara Rebolledo, director de Fomento Agropecuario de Puente Nacional. En entrevista, precisó que se trata de 800 hectáreas de maíz y más de mil 200 de cultivos alternativos como sandía, pipían y frijol que se siembran a inicio del año para aumentar la producción de la tierra.
“Por febrero o marzo ellos empiezan a sembrar y levantan sus cosechas tres o cuatro meses después, este es el primer ciclo. Para junio o julio comienza el segundo ciclo que es el del maíz. Desafortunadamente este año la sequía ha estado tremenda y afectó los dos y hasta tres ciclos porque hubo casos en los que caía el agua un día y eso entusiasmaba a los campesinos que volvían a sembrar pero dejaba de llover”, explicó.
Lara Rebolledo detalló que las principales afectaciones que se tuvieron por la temporada de sequía fueron en las localidades de la zona baja debido a que en este lugar se asientan aquellos campesinos que no cuentan con recursos para tener un sistema de riego y que dependen por completo del agua de temporal.
Se trata de las comunidades de Pachuquilla, Ato de la higuera, Camaroncillo, Mata de zarza, Coyolar, San José de Chipila y Potrerillos en los que los campesinos siembran en terrenos pequeños -una o dos hectáreas- para cosechar una o dos toneladas les permite tener tortillas y frijoles en su mesa todos los días y algo de dinero para sus demás necesidades.
Sin embargo, de acuerdo al director de Fomento Agropecuario la única solución para garantizar que la falta de lluvia no vuelva a dejar pérdidas tan grandes en la región es la construcción de al menos 5 pozos que abastezcan estas comunidades. Detalló que se requiere de un promedio de un millón de pesos para construir cada pozo y que con ellos se puedan regar los campos.
El funcionario municipal precisó que el Gobierno Estatal ya envió a funcionarios que supervisaron los daños y tomaron evidencias de los cultivos a fin de activar el seguro sin embargo, precisó que aún se está en la espera de la resolución de las autoridades. Añadió que aunque también la ganadería tuvo afectaciones importantes, con ellos apenas se comenzará a trabajar en formar expedientes de los daños toda vez que requiere de más tiempo.