Orizaba, Ver.- “En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada”… “Aquí no es mesón, sigan adelante, yo no puedo abrir, no sea algún tunante”, el cántico que para pedir Posada dejó de escucharse desde hace 46 años en barrios y los más de 500 patios de vecindad que había en la ciudad. La tradición de pedir posada fue suplida, en algunos casos, por fiestas profanas y en otros, dejada en el olvido.
Anteriormente, recuerda Armando López Macip, cronista de la ciudad, había mucha cohesión en la sociedad orizabeña que se aglutinaba en los casi 500 patios de vecindad que había. Ese fue un modo de vida en una Orizaba fabril, en una ciudad con muchas fuentes de empleo, tanto en las fábricas textiles como en la cervecería o en El Yute que tuvo, como otras, su propia unidad habitacional. “Eran lugares donde en la privada, en la calle, todos se conocían, si había un velorio todo se ayudaban y para hacer la posada todos se organizaban”, señala.
EN BARRIOS Y PATIOS SE PEDÍA POSADA DEL 16 AL 24
En la antigüedad en Orizaba se cantaba la posada en modo menor, luego vino un sonsonete que trajeron de la Ciudad de México con la misma letra, pero con otro tono; era lo mismo y estaba bien.
En esa época hace mucho más de 46 años, casi en todos los rincones de la ciudad se observaba, del día 16 al 24, el caminar de niños, jóvenes y adultos en procesión. Cada uno con su respectiva velita encendida, siguiendo a la pareja que cargaba el Misterio (José y María), rezando mientras llegaban a la casa donde pedirían alojo. Ahí ya los esperaban quienes respondían a la petición, que finalmente concluía con el ingreso de la pareja y sus acompañantes mientras entonaban “Entren santos peregrinos, peregrinos; reciban este rincón, aunque pobre la morada, la morada, os la doy de corazón”.
En algunos Barrios como el de la Librado Rivera se hacían sendas posadas en la calle que llega a una capilla, es una bajada; ahí se organizaban y cooperaban todos los vecinos, ponían un conjunto que actuaba al final, pero sí cantaban la posada. Otro punto donde las realizaban y hasta cerraban la calle era en Oriente 10.
En el barrio de La Joya, la famosa “cuchilla” de Cerritos, el patio de la Bayuca, el de Santa Anita, donde todos se organizaban y todos los días hacían una posada. A cada padre de familia le tocaban un día los aguinaldos, al otro día a otros las piñatas; “eran costumbres muy sanas muy bonitas”, recuerda.
COMIENZA A DESAPARCER TRADICIÓN DESPUÉS DEL TERREMOTO DEL 73
Esta tradición, abunda, se perdió paulatinamente tras el terremoto de 1973, cuando se comenzaron a crear las unidades habitacionales, sobre todo en el norte de la ciudad. Muchos patios desaparecieron, algunos los fraccionaron y quienes vivían ahí se convirtieron en dueños; “cada quien se aisló en su propio espacio y dejaron de convivir”, relata.
Algunas personas mayores que se fueron a vivir a esas unidades siguieron haciendo sus posadas, pero son excepciones; ya no es en todo el patio, ya no son todos los que vivían ahí y, eso hace la diferencia; esa es la realidad que se vive ahora.
TRADICIÓN QUE SUSTITUYEN LAS FAMILIAS
Esta tradición que congregaba a las familias, los amigos y vecinos paulatinamente se ha suplido por cosas más profanas; ahora se juntan para tomar y para bailar principalmente y los asistentes dicen “fui a una posada, pero no la hubo, fue una convivencia; esto es lo que lamentablemente ha sucedido y lo digo con tristeza, porque también la gente que dejó de creer en Dios”, señala el cronista.
Y es que las personas a veces ni con el vecino se llevan y en la propia casa no celebran la Navidad, porque ésta es el nacimiento del Señor Jesucristo y ni eso hacen; “ahora han salido con Santa Claus, el árbol de Navidad, pero ya no ponen ni nacimiento y vemos tristemente que, salvo raras excepciones, todo lo que se celebra en estas fechas ha venido a menos”, refiere.
EN IGLESIAS CONTINÚAN CANTANDO LA POSADA
Tras señalar que en las iglesias se sigue cantando la posada y rompen las piñatas y les dan sus aguinaldos a los niños, hace votos porque no se pierda el sentido de las mismas, que se busque el acercamiento con los familiares, con los vecinos que a veces antes que eran un apoyo y hacían una gran familia, los del barrio, los vecinos. “Esa una nueva alternativa, siempre ha existido, pero si alguien la dejó ha perdido bastante, porque los amigos son la familia que uno escoge, eso también se ha perdido”.
AL DESAPARECER SE DILUYE PARTE DE LA IDENTIDAD DEL PUEBLO
Al perder la tradición de pedir posada, se va diluyendo también un poco de la identidad del pueblo al dar paso a lo comercial, pues desde octubre en los aparadores se comienza a observar publicidad con el árbol de Navidad y la gente se confunde. La Navidad comienza el día 24 con la Noche Buena, el día 25 es Navidad y se prolonga hasta el Día de Reyes, el 6 de enero; algunos la prolongan hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria.