Orizaba, Ver.- Palmas con flores como rosas blancas, claveles rojos y girasoles, adornaron los pasillos de la Catedral de Orizaba por los festejos del domingo de ramos, donde este sitio lucio en lleno total para la celebración de este llamado sexto domingo de cuaresma.
Durante la misa celebrada por el obispo de la diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, se leyó una de las letras que se plasman en la biblia, dando idea a los asistentes de lo que vivió Cristo clavado en la cruz minutos antes de perder la vida para que Jesús perdonará los pecados de cada ser humano.
Al final de la lectura, las palabras de Cervantes Merino invitaron a la feligresía a celebrar este domingo de ramos en armonía, paz y amor, llevando siempre presente el sacrificio que hizo Cristo para alejar al pecado; por ello pidió a cada asistente colocar la palma que portaron en su mano durante toda la homilía en una parte estratégica de sus hogares como la puerta de entrada, el centro de mesa en la sala o bien en el comedor.
Fue a las 11:00 de la mañana que el Obispo, en compañía de la ciudadanía asistente, caminaron sobre la calle Colón, saliendo de la Alameda Francisco Gabilondo Soler “Cri – Cri”, hasta la Catedral, donde ya había personas en espera para la misa de mediodía, siendo esta la más simbólica por el sexto domingo de cuaresma.
Los tonos verdes, el olor a palma, rosa, manzanilla y laurel inundó el interior de la iglesia, pues cada familia portaba en sus manos una palma de diferente tamaño e incluso algunos que sobrepasaban de su tamaño.
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Adornadas con diversas flores que dan vista al color verde de la palma, estas fueron bendecidas al final de la homilía, donde el Obispo paso entre el pasillo mientras que otras personas que lo acompañaba iba rociando agua bendita, luego de esto, las personas empezaron a salir del lugar, el cual ocupo parte del atrio para albergar a feligreses que ya no pudieron ingresar a la catedral.
¿Qué piden los católicos este domingo de ramos?
Fe, paz, armonía, salud y amor, fueron las palabras que los católicos asistentes a misa de mediodía en la catedral comentaron ante los micrófonos del Sol de Orizaba: la señora Emilia Bermúdez, tiene 67 años y es originaria de la colonia centro, ella pidió por la salud de sus enfermos, por sí misma y por pronto poder reunirse con sus hijos que viven fuera del estado, “ellos se fueron por una vida mejor y me hablan seguido, pero no es igual, le pedí a dios por mi nieta que no conozco, pero sé que la podré conocer este año, pues mi hija vendrá a presentármela, pedí por las personas enfermas y por todos aquellos que superamos el Covid-19 en más de una ocasión”.
Para Norma Juárez, originaria de Barrio Nuevo, es una costumbre venir a misa de mediodía en la catedral, pues su abuelita lo hacía antes de que perdiera la vida hace 6 años y ahora ella a sus 46 años lo sigue haciendo en compañía de sus dos hijos y su marido, “yo le pedí a dios por mi familia, mis padres que viven en el puerto, pero sobre todo porque haya paz, ya que diariamente los medios de comunicación nos hablan de muertos, lastimados y balaceras en escuelas, es un miedo latente y yo pido con fe que esto no ocurra acá, que se pare la delincuencia”.
Finalmente, Pablo, un señor de 70 años, llegó a la catedral en la caminata que salió de la Alameda, pero en el interior de la iglesia lo esperaba su esposa, ambos, en sus plegarias de silencio, pidieron por todas aquellas personas que le levantan todos los días para ir a sus trabajos o a la escuela, “que regresen con bien es lo primordial, quizá no sean de nuestra familia y no los conozcamos, pero la empatía por el prójimo es algo que se está perdiendo y no debe de hacerse, pues estamos mal, pero hay quienes están peor”.