Como cada año, devotos procedentes del municipio de Ayahualco realizaron una peregrinación en el marco de las festividades de San Rafael Guízar y Valencia. Unos caminaron en calcetas e hicieron una parada en la desviación a Pacho para descansar un poco y tomar sus alimentos para proseguir su camino y llegar hasta Catedral Metropolitanana.
Al recinto religioso, que esta ocasión optó por la transmisión de sus actividades por la vía virtual, también llegaron seguidores para agradecer por los favores prestados, luego que hoy se celebra la fiesta de este santo.
Antes, entre cantos, oraciones y pasajes bíblicos se efectuó en Xalapa la ordenación presbiteral de cuatro veracruzanos, en ceremonia presidida por el nuncio apostólico Franco Coppola, quien contó con la asistencia del padre Nicolás Guidi.
Acompañados por el arzobispo Hipólito Reyes Larios, familiares, párrocos, seminaristas y madres religiosas, recibieron su ordenación Miguel Ángel Méndez Morales, José Manuel Pineda Gálvez, Édgar Sánchez Sánchez y Manuel Sánchez Soto.
La misa, que estaba prevista para agosto pasado, es considerada una de las principales actividades que se efectúan con motivo de los cien años de la llegada a Veracruz de San Rafael Guízar y Valencia, quien se desempeñó como quinto obispo.
Ante la pandemia por Covid-19 hubo necesidad de postergarla, a pesar de ello, el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa manifestó su alegría por poder concretar el acto de carácter festivo para toda la Iglesia católica.
Durante la celebración, los nuevos presbíteros manifestaron su deseo de recibir el ministerio en el grado de sacerdotes y desempeñar con dedicación y sabiduría la predicación del Evangelio, entre otros votos.
Ya con las manos ungidas con el “santo crisma” y su nueva vestimenta (casulla), se les dio su primera encomienda. Ellos ejercerán como vicarios parroquiales en La Resurrección, en Xalapa; en San Jerónimo, en Coatepec; en Santa María Magdalena, en Xico, y en San Miguel Arcángel, en Las Vigas.
En su mensaje, el nuncio Franco Coppola les recordó que “se hacen sacerdotes no para tener una posición elevada o para estar en alto, sino para servir a sus hermanos”.
En cuanto al tiempo en el cual reciben su ordenación, les dijo que siempre han sido tiempos complicados, pero este año se añade el virus que ha obligado a tomar distancia uno del otro.
“Nosotros, que somos hechos para convivir, para estar juntos, para socializar, estamos ahora obligados a vivir de una manera antinatural, distanciados, separados. Este virus no solo es un resfriado, este virus mata… ¿Qué espera el señor de ustedes? Espera que sean como Jesús, que iba caminando por las calles de su tierra anunciando el Evangelio, no quedándose en el templo, no encerrados, Hay que ser cuidadosos para sí mismos y para los demás. Obedecer las medidas sanitarias, pero no quedarnos encerrados. Tenemos la obligación de hacer presente a Jesús todo el día, toda la vida”.
Franco Coppola los exhortó también a reflexionar en torno a qué tipo de sacerdotes quieren ser, si del Nuevo o Antiguo Testamento.
Y es que les explicó que los del Antiguo Testamento vivían y servían a Dios en el templo y allí mismo se hacían intermediarios entre los hombres y Dios. En tanto los del Nuevo Testamento siguen el ejemplo de Jesús, quien enseñó en el templo pero no se quedó en él, sino que caminó por las calles para predicar y anunciar el Evangelio.
“La primera elección es si quieren ser apóstoles, discípulos de Jesús o sacerdotes del Antiguo Testamento, sobre todo para responder lo que el Señor, la Iglesia y el pueblo esperan de ustedes”, expresó.
Los llamó a meditar en torno a cómo el Señor los ha tratado y a partir de esa experiencia aprender a hacerlo presente con los demás, “con paciencia, comprensión y el ánimo que no cesa de dar”.
A diferencia de otras ceremonias, ésta no fue pública, no hubo abrazos y en todo momento los presentes portaron cubrebocas.
En otras actividades, el también embajador de El Vaticano en México, Franco Coppola visitó el Museo de Antropología de Xalapa y fue recibido por la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara.