ORIZABA, Ver.- El amor de madre y su tesón para sacar adelante a su hijo, quien nació con una displasia de cadera y una deficiencia intelectual, después de recibir rehabilitación física durante años y terapia ocupacional en los últimos meses, hoy, su hijo de 16 años, camina y elabora junto con ella joyería de bisutería, cuya venta les permite reforzar la economía de su familia.
Marcela Antonia Hernández Aguilar es una mujer que ha dedicado su vida al cuidado y atención de su hijo, Jesús Antonio Ruiz Hernández, a quien al nacer le diagnosticaron una displasia de cadera y una deficiencia intelectual que no le permitiría desarrollarse como cualquier niño regular.
Relató que debido a que el pequeño requería toda su atención tuvo que dejar su trabajo en casa de una doctora, para poder cuidar de Chucho, ya que no podía caminar.
“Él comenzó a caminar hasta los 4 años, aquí en el DIF logró caminar con unas vacunas (toxina botulínica), que le aplicaban en las piernas. Tenemos 16 años viniendo aquí. Esta ha sido mi casa, siempre hemos estado aquí con él, nunca lo he dejado; a veces nos mandan a México, Puebla o Veracruz, para darle la atención que necesita”, dijo.
Marcela Antonia reconoció que dejar de trabajar sí repercutió en la economía de su familia que se quedó sin un ingreso y tuvo, además, que hacer frente a los gastos que generaba la atención que necesitaba Jesús Antonio.
Afortunadamente, señaló, en el mismo DIF le dieron oportunidad para que mientras su hijo recibía su terapia ella se pudiera integrar a alguno de los talleres que ahí imparten, a los que posteriormente se incorporó Jesús.
“Hemos venido al curso de piñatas y hemos vendido algunas, entré al curso de bolsas y también me gustó mucho lo de la bisutería”, dijo, y agregó que ese taller en especial le gustó mucho a su hijo, a quien por prescripción psiquiátrica le recomendaron que aprendiera a ensamblar.
“Físicamente él tiene 16 años, pero mentalmente apenas tiene 6 y aprender ensamblar le ha ayudado mucho, le gusta y hemos logrado muchas cosas. Le doy gracias a Dios porque día a día nos va enseñando algo más, le doy gracias a la presidenta y a la maestra, porque nos han apoyado en todo momento y hemos salido adelante”, dijo.
Mencionó que con la apertura de la tienda EmprenDIF, han podido poner a la venta algunos artículos que elaboraron, que por fortuna se han vendido, “ahí la llevamos poco a poco”, dijo.
Señaló que, aunque su hijo no conoce que ganarse la vida cuesta, se da cuenta de que obtiene dinero con la venta de lo que elaboran. “Ahorita nos invitaron al Metropolitano, vendimos 6 pulseritas, vamos a tratar de seguir adelante con esto estamos viendo un beneficio. yo nunca había hecho esto y ahora que lo hicimos me gustó bastante y más a él, porque está aprendiendo”, concluyó.