Orizaba, Ver. - En Navidad no todo es felicidad, amor, paz y armonía, sino que puede representar dolor, tristeza y angustia, el control de emociones resulta complicado y cansado cuando no se tiene el apoyo correcto, por ello la importancia de brindar ayuda en este sentido.
Lupita es neurótica anónima y cuando ella tenía 17 años perdió a su abuelita, aquella mujer que la crió y vio por ella en su infancia, "aunque yo tenía a mi mamá y mis hermanos, al faltarme ella me sentí sola".
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Su soledad la llevó a sentirse vacía y buscando ayuda fue a terapia psicológica, donde su sentir era pensar por qué no podía llevarse bien con su familia.
Luego de que su abuelita falleciera vivió un dolor amoroso y con deseos de ya no vivir, su salida más fácil fue tomar pastillas, "ya no quería vivir y desde niña tenía esa sensación, me tomé una cantidad fuerte de pastillas, me tuvieron que hacer un lavado estomacal".
En ese momento, Lupita acompañada de su mamá llegaron al grupo de Neuróticos Anónimos, donde recibió la ayuda necesaria para no sentirse sola, entenderse, conocer sus emociones y hablar sin miedo.
"Cuando vi que alguien más se sentía como yo, fue una calma, puesto que sabía que no había nada malo en mí, me gustó mucho y me ayudó a salir adelante".
En fechas decembrinas, Lupita recuerda a su abuelita y a su tío quienes partieron del plano terrenal y sus emociones y sentimientos ya no son como los de aquella adolescente que llegó al grupo de Neuróticos Anónimos con el propósito de ser apoyada y salir adelante.
"Me pude acercar a mi mamá, el día de hoy no puedo decir que me llevo del todo, pero ya me siento parte de la familia que me tocó y es algo que yo esperaba", comenta.
Sobre el tema, Magda, ahora es una mujer que pertenece al grupo de Neuróticos Anónimos, pero recuerda que llegó al grupo cuando su pareja la dejó, "vi mi vida oscura, sentía ganas de morir, me recuerdo que sentía la sensación de llorar todo el día, fui al doctor y le dije que tenía una tristeza enorme".
Recuerda que tomaba medicamentos para tratarse, pues su miedo era volverse dependiente de los antidepresivos, pasó por estudios varios y físicamente estaba bien, hasta que la frase "mente sana en cuerpo sano" dicha por un médico le llevó a darse cuenta de que su mente no estaba bien.
En las terapias de Neuróticos Anónimos detectó que desde niña padecía de lapsos de depresión, recuerdo que llegaban estas fechas y sentía tristeza, los niños se alegran, pero yo no lo estaba, veía a mi hermana feliz, pero yo no.
Hace un año, su padre falleció a consecuencia de Covid-19 y aunque el dolor siga ya no fue la misma forma de aceptación.
Ambas salieron adelante y los malestares que tenían ya no volvieron, por ello llaman a las personas que tengan una sensación de tristeza, depresión, abandono, angustia y no sepan el por qué a que se acerque al grupo Neuróticos Anónimos.