Rafael Alberto Martínez empezó como repunteador en pequeñas fábricas de calzado artesanal en Naolinco en sus años de adolescencia; ahora tiene su propio negocio de fabricación de tenis de piel totalmente artesanal.
Es el único trabajador en su taller ubicado en Apolinar Castillo número 54, de esta población. Él corta la piel de los distintos modelos de calzado deportivo para después enviarlo a otro establecimiento local para su armado y el proceso de vulcanización de las suelas.
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¿Cómo inició Rafael Alberto Martínez en la fabricación de tenis?
Recuerda que su negocio se inició con la venta de pieles para los zapateros locales, viaja de forma constante a la ciudad de León, Guanajuato, también expendía suelas y así poco a poco se fue haciendo de sus cosas.
Desde joven conoció el oficio de despunteador que es que hace el trabajo de puntear y cortar la piel para elaborar el calzado, “ya conocía ese oficio porque se inició de chavo, porque en ese tiempo se acostumbraba que los chicos trabajaran en los talleres para ayudarse en los estudios y para aprender el oficio local”.
Después de estudiar, comenta que estuvo fuera de Naolinco, pero al paso de algunos años regresó, “fue cuando empecé con el negocio me hice de una máquina y volví a realizar el trabajo que ya sabía, así que innovó y comenzó a elaborar zapatos confortables para diabéticos y después fue que empezó con calzado deportivo”.
Explica que como se especializó, el tenis ahora es lo único que elabora; “empecé a traer suelas para tenis y ahora es lo que más vende, pero sigue vendiendo piel a los artesanos locales”.
Rafael Alberto Martínez expone que para los pequeños negocios como el que él tiene la pandemia resultó complicada porque dejaron de tener ingresos, “pero ahora creo que ya vamos saliendo y empezamos a superar la crisis. Hubo momentos bastante severos”.
En su negocio es el que diseña y corta, pero también tiene un zapatero que se encarga de montarlo, ya después se lleva a vulcanizar la suela y la después se lo vuelven a traer para su comercialización. “Yo hago el corte de la piel, compra las suelas y otro arma los tenis y los vulcaniza”.
Este negocio lo inició en el año 2014 y aunque ahora se ha elevado el costo de los materiales que utiliza, como es la piel, lo que más resienten en el precio de la gasolina, “lo que más se ha encarecido son los fletes porque todo el material que se utiliza viene de León, Guanajuato”.
"Aquí utilizamos piel de ternera, de cabra no borrega, gamuzas, forros de cerdo o tela".
¿Cómo son los tenis y cuáles son los precios?
Todo los tenis que elabora en su taller son de piel en la parte exterior, ya el interior es sintético, pero hay quienes piden tenis con todo de piel y así se les elaboran.
El costo de su calzado es de 550 pesos, cuando unos de marca salen en más de 2 mil pesos, “pero además resulta que no son de piel original”.
Además cuenta con calzado deportivo escolar artesanal que tiene un precio de 450 pesos y también son de piel.
Expone que al dedicarse solo al tenis pues cuenta con varios modelos que tienen un diseño moderno y estético.
Lamenta que en Naolinco haya comerciantes que venden productos que aseguran son de piel y artesanales, pero resulta que son chinos, “pero hay pocas personas que saben distinguir una bolsa y zapatos artesanales”.
Expone que lo justo es que se le explique al cliente que hay productos que no son de piel y darles un precio adecuado, pero hay quienes engañan y venden productos de mala calidad. “Esa es una actitud desleal de comerciantes locales que perjudican el prestigio que se ha forjado durante muchos años en la producción artesanal de calzado”.
A quienes adquieren sus tenis, comenta que les puede asegurar que es un producto artesanal, porque es hecho a mano y con materiales de alta calidad y a un costo justo.
Publicado en Diario de Xalapa