Orizaba, Ver.- Feminicidios como el de la indígena Ernestina Asencio, del municipio de Atzompa y el de Fanny, una niña de Xoxocotla, asesinadas y abusadas, que consternaron a la sociedad, han tenido que ocurrir, para que la población se dé cuenta de la grave problemática que enfrentan las mujeres en cuanto a violencia feminicida.
Luz María Reyes Huerta, integrante de la Colectiva Marea Verde Altas Montañas dijo que la exigencia sigue siendo la misma: justicia para quienes han muerto por esta causa, pero también acciones para prevenir la violencia, que manifiesta su máxima expresión en el feminicidio.
Y es que señala que atrás de cada feminicidio existen miles de violencias que están invisibilizadas: la violencia familiar, la psicológica, la económica, la patrimonial, que no se ven por falta de denuncia, por falta de voluntad de parte de las fiscalías para recibir la denuncia, porque quienes la sufren no encuentran una red de apoyo para que puedan salir del ciclo de violencia, pues hay una dependencia emocional muy grande de las mujeres hacia sus agresores.
La violencia psicológica y la familiar son las más recurrentes, van de la mano; le siguen la violencia económica y patrimonial.
El incumplimiento de dar alimentos es terrible, señaló, “el hombre se escuda renunciando a los trabajos, trata por todos los medios ponerse con el salario mínimo para proporcionar lo menos; hay casos de depósitos judiciales de cien pesos a la semana, pretenden dar 400 pesos semanales para tres hijos y dicen que exageramos”, refirió.
"Cómo se va a exagerar cuando tiene la mujer, la responsabilidad de cuidar, llevar a los hijos a la escuela, ayudarlos en la tarea, cuidarlos y todavía mantenerlos (...) el hombre piensa que con sus cien o 200 pesos le va a dar a la mujer para mantener a otro hombre; estas son violencias que están invisibilizadas, pero que en el día a día se ven”, aseveró.
Por su parte, María de la Cruz Jaimes García, directora del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli, al referirse a las alertas como mecanismo para visibilizar la problemática y para ponerlas en mesas de la discusión para decir a los gobiernos lo que tienen que atender, sirven; pero “lo que no sirven son los gobiernos porque no lo toman con la seriedad que debieran”, aseveró.
En Veracruz, recordó, hay dos alertas, una de ellas por violencia feminicida y una que sigue pendiente, por desaparición forzada. “En el tema de la atención a la violencia y la problemática que afronta este sector hay mucha simulación por parte de las instituciones y los gobiernos porque no atienden el problema como debe ser”.
La violencia contra este sector, aseveró, no disminuye, por lo contrario, avanza; “si antes de la pandemia decíamos que 7 de cada 10 mujeres vivía alguna forma de violencia, ahora nos atrevemos a decir que 9 de cada 10 la afrontan”.
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No hay establecida una cultura de la denuncia, por ello sigue siendo un camino difícil para las mujeres buscar acceder a la justicia; eso hace que de cada 10 mujeres que la afrontan, sólo un 2% denuncia y de esos se resuelve la mitad.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, “se conmemora como una fecha de lucha y exigencia para que acaben las violencias contra nosotras, no es un día de celebración o felicitación”, subrayó Reyes Huerta.
Este día buscarán evidenciar con una marcha, las grandes deficiencias que está teniendo el sector salud para proporcionar atención a aquellas que solicitan la interrupción del embarazo, así como la exigencia de la colocación de la antimonumenta en un espacio visible, digno y céntrico.
“Las mujeres de la región y las orizabeñas merecemos un espacio donde expresarnos y manifestar nuestro repudio a toda la intimidación que vivimos y visibilizarla de alguna manera en toda la región”, concluyó.
FEMINICIDIOS
De enero a la fecha se registraron 28 muertes en todo el estado, de estos hay detenidos sólo por los casos en Xoxocotla y Peñuela