La Perla, Ver.- La muestra de altares y desfile que se llevó a cabo en la cabecera municipal aviva las tradiciones y costumbres del Día de Muertos, una festividad de origen prehispánico con la cual el pueblo celebra y honra a sus difuntos.
En el parque se realizó el encuentro de ofrendas que se adornaron con diversos elementos que le gustaban a los fallecidos: veladoras, flor de cempasúchil, incienso, copal y la comida preferida de la persona a quien se dedica el altar.
“El Día de Muertos es una tradición que refleja la idiosincrasia del pueblo de La Perla”, expresó la presidenta municipal Ruth García Meza.
Añadió que las comunidades de las faldas del volcán Pico de Orizaba son reconocidas por esta tradición, que se realiza desde tiempos prehispánicos; pues "nuestros antepasados colocaban la comida que en vida agradaba a los difuntos".
Reconoció la creatividad de los estudiantes que instalaron los altares en el parque central y adornaron con flores, papel picado, veladoras y fotografías, así como tamales, pan, frutas, agua, café, chocolate y mezcal.
Recordó que en 2003, la UNESCO inscribió en su lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad las tradiciones del “Día de muertos” que celebra México, Veracruz y el municipio de La Perla.
Luego de recorrer la comitiva los altares, dio inicio el tradicional desfile de carros alegóricos, que, en su recorrido por las principales calles de este hermoso pueblo, atrajo la atención y brindó gratos momentos de diversión para las familias. Catrinas montaron a caballo parar dar más brillo a la celebración de los fieles difuntos.
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La alcaldesa agradeció la participación de autoridades educativas, alumnos, representantes de los departamentos de cultura y a los pobladores. El objetivo es conservar las tradiciones y costumbres.
Los estudiantes con su creatividad lograron instalar altares donde lucía la flor de cempasúchil, y relacionaron los antepasados el color amarillo de esta flor con el sol y la consideraban un símbolo de vida y muerte.
Los vecinos de las calles aledañas salieron al frente de sus viviendas para aplaudir a los carros alegóricos llenos de catrinas y catrines, así como niños disfrazados de calaveras.