Abrir un negocio en México no es tan sencillo, al menos no como parece, pues pese a la implementación de herramientas tecnológicas, los emprendedores siguen enfrentando varios desafíos, que van desde trámites burocráticos para abrir hasta la inseguridad a la hora de comenzar a operar.
Lo anterior fue revelado por la investigación “La odisea de abrir un negocio en México” realizada por Ethos Laboratorio de Políticas Públicas, en coordinación con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en donde se detallan las barreras que enfrentan los empresarios para abrir y operar en las entidades del país.
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Mediante la Herramienta Subnacional de Obstáculos Empresariales (HESOE), que muestra en qué estados existen más obstáculos para abrir y operar un negocio, Veracruz fue calificado con un promedio de 43.303, que lo ubica dentro del ranking de entidades que suman mayores problemas para el empresario que decide invertir.
A través de la medición de siete variables, donde la puntuación más cercana a cero significa que éste no representa una barrera para hacer negocios y, en caso contrario, entre más se acerque a 100, ese pilar es un obstáculo para los empresarios, se identificó que en Veracruz, la carga fiscal elevada, la corrupción, los servicios básicos e infraestructura deficientes, así como instituciones poco confiables y procuración de justicia ineficientes son los principales desafíos para emprender un negocio.
De acuerdo con los calificaciones asignadas, en materia de “Carga fiscal elevada, gasto público y financiamiento limitados”, la entidad veracruzana recibió una calificación de 77.7, lo que significa que existen desafíos debido al impacto de los impuestos y del gasto público estatal en el ambiente de negocios, así como la dificultad para acceder a un crédito en la entidad. El segundo desafío es la “Corrupción”, que recibió un promedio de 59.3; le siguen el factor de “Servicios básicos e infraestructura deficientes”, calificado con 54.0 de promedio; “Instituciones poco confiables y procuración de justicia ineficiente” fue calificada con 53.8 de promedio; en materia de “Inseguridad”, la entidad recibió 43.0 de puntuación; “ problemas regulatorios” con 34.8 e “incertidumbre jurídica” con 1.9 de promedio.
Según los promedios obtenidos, las entidades con mayores obstáculos para el emprendedor son: Puebla (54.04), Quintana Roo (47.666), Tabasco (46.437), Oaxaca (46.373), Michoacán (45.793), Sonora (44.8), Veracruz (43.303), Guanajuato (42.388), Estado de México (41.643), Ciudad de México (41.624), Yucatán (41.494), Guerrero (40.766) y San Luis Potosí (40.554).
Mientras que el estado con menos barreras para los emprendedores de negocios es Jalisco, que obtuvo 29.762 de calificación. El estudio refiere que los promedios se realizaron con base en una encuesta a 2 mil 250 empresarios.
Asimismo, el centro de estudios indica que la HESOE no señala las entidades con un mejor ambiente para los negocios; en ese sentido subraya que “un ambiente empresarial con pocos obstáculos es una condición necesaria, mas no suficiente, para incentivar la inversión, pues en la decisión de un emprendedor sobre dónde abrir su negocio deben considerarse otras variables.”
También es necesario recalcar que la HESOE es una fotografía en el tiempo, pues contiene información de 2020-2021 sobre el ambiente de negocios en México.
El diagnóstico “La odisea de abrir un negocio en México” es de suma utilidad para los gobiernos, empresarios y organizaciones de la sociedad civil, por lo se puede revisar aquí abrirunnegocio.ethos.org.mx
Cinthya perdió su empleo y comenzó su negocio de ropa
Cinthya Elizabeth Zúñiga Fouché tuvo que abrir una empresa propia, luego de perder su empleo en diciembre del 2019, desde entonces ha logrado mantener su negocio de venta de ropa entre bajas y altas con las que ha aprendido mejor sobre la cultura del emprendimiento.
La joven comparte que todo inició con una pequeña inversión que realizó con la solicitud de un crédito bancario de 3 mil pesos, el cual le sirvió para adquirir un paquete de ropa usada que transformó para darle una buena opción a sus clientes. Y aunque en el camino ha encontrado personas que tratan de aprovecharse de los emprendedores, también ha conocido a personas que como ella la animan a seguir con su negocio todos los días.
“Yo empecé este emprendimiento porque me despidieron de mi trabajo y tenía que seguir pagando deudas, pagar lo de mi comida y demás cosas para mantenerme, entonces lo que se me ocurrió de forma inmediata vender ropa usada que yo tenía y que ya no me ponía, pero con esto ganaba muy poquito; yo tenía una tarjeta de crédito como muchos tenemos y se me ocurrió hablar al banco para pedir un préstamo y me aprobaron algo chiquito de 3 mil pesos y con eso hice mi primer inversión”.
Cinthya cuenta que al principio ofreció sus productos a través de la red social Instagram, en donde abrió la cuenta de _Saldemar, especial para ofrecer las prendas de ropa de segunda mano, que para personas principalmente de su edad, se convirtieron en una alternativa económica y ecofriendly.
El arranque es complicado, reconoce, ya que tenía pocos seguidores y las ventas eran esporádicas, pero con el tiempo y la constancia, la cuenta en Instagram fue creciendo y posicionándose entre un sector de clientes que recurrían frecuentemente a ella.
Después de consolidar su tienda virtual, se decidió a abarcar un público más extenso y fue que se animó a dar el siguiente paso para vender en un sitio establecido en el que pudiera atender de manera personal a las personas interesadas.
Para esto buscó un segundo crédito bancario por 8 mil pesos, con lo que viajó a un tianguis en Santa Marta Acatitlá en la Ciudad de México, en donde adquirió más mercancía, además de comprar ganchos, mesas, maniquí e ir sacando con lo que iba ganando dinero para pagar detergentes para lavar la ropa y para repararla, cuando se necesitaba.
Recuerda que la mercancía que compró la presentó en un bazar comunitario, en donde pagó un espacio compartido y en el que logró vender como no lo había hecho antes, en adelante los espacios que compró fueron para ella sola y con mejores ganancias.
Aunque reconoce que no siempre ha sido fácil, ya que en ocasiones se ha enfrentado a participar en espacios o bazares colectivos en donde los organizadores no dan garantías ni promueven al público, lo que termina por afectar a los emprendedores que participan. “En diciembre del año pasado tuvimos un mal trago porque participamos en un evento en el WTC en el que nos prometieron que habría mucha gente y nos fue muy mal, nos cobraron un espacio en cuatro mil pesos y la verdad no hubo gente; el problema al que estamos expuestos los emprendedores es a caer en manos de gente que solo quiere rentar un espacio pero no piensa en la promoción, en la publicidad”.
Actualmente, además de participar en festivales o bazares comunitarios, paga una renta mensual en un espacio colectivo en el malecón de Veracruz llamado “Mercadito Central”, en donde ofrece sus prendas a turistas o personas que quieren ver la mercancía que publica en su tienda en línea.
“Lo complicado es que a veces la economía de todos es difícil y la ropa no es una prioridad para la gente, entonces hay varios días en los que no vendo nada y yo tengo que seguir realizando mis pagos de renta, de servicios, de comida, pero no me desanimo”.
Cinthya se dice animada con su emprendimiento que cumple más de dos años, ya que le ha permitido mejores ganancias de cuando era empleada, además de gozar de mejores ingresos y la oportunidad de administrar sus horarios.
“A diferencia de lo que ganaba antes en una quincena, a veces lo gano en una semana y en temporadas buenas de ventas lo gano en un solo día, pero es un tema de altas y bajas, así es este trabajo en el emprendurismo, lo que sí es que he conocido mucha gente que le echa ganas, que trabaja duro y que te echa ánimos”.
Con información de Danytza Flores | Diario de Xalapa
Nota publicada en Diario de Xalapa