ORIZABA, Ver.- Once sacerdotes enfermos con Covid-19, uno más que espera confirmación o descarte de ese padecimiento, y dos fallecimientos, es la estadística que por la pandemia tiene la Diócesis de Orizaba.
Tras expresar su solidaridad con la Diócesis de Veracruz por el fallecimiento del padre Víctor Díaz, quien fue también vocero en dicha diócesis, dijo que en algunas parroquias se han dado casos de religiosas y laicos que enfermaron. Esto genera que se mantengan todas las medidas de prevención ya establecidas.
“Hasta ahora no hay una porción de contagio grave dentro de una parroquia, puesto que la Diócesis ha implementado los protocolos sanitarios y en la mayoría de las parroquias y rectorías se sigue tomando la temperatura, desinfectando lo que se requiere, aplicando gel antibacterial antes de la Comunión y todo lo que los médicos nos han sugerido”, apuntó.
Señaló que el fallecimiento de dos sacerdotes y la sospecha de otro más enfermo de SARS-CoV-2 los invita a seguir manteniendo las medidas de higiene. “Creemos que como Iglesia nos toca seguir promoviendo esto en medio de nuestras comunidades”, refirió.
Cuidar unos de otros, abundó, debe ser signo de madurez cívica, así como de responsabilidad ciudadana.
“No podemos ser insensibles al esfuerzo que están haciendo todos los operadores sanitarios para mantener la salud de quienes se han contagiado”.
Tampoco se puede ser indiferentes ante el dolor de las familias que han perdido a un ser querido.
Enfatizó que cuidase es un deber de todos, así es como se manifiesta la buena educación, los valores humanos y los valores cívicos, ante el reforzamiento de la epidemia y la llegada de la nueva cepa. “Creo que nos toca cuidarnos todavía más, para que así los contagios sean menos y no haya muertes que lamentar”, concluyó.