Orizaba. Ver.- Cada año, la temporada de lluvias trae consigo beneficios para las zonas agrícolas y para el reabastecimiento de agua en los caudales de los ríos, pero también tiene su efecto negativo; inundaciones, deslaves y contaminación.
El presidente del Consejo Intermunicipal Ambientalista (CIMA), Graciano Illescas Téllez, explica que esto es una de las consecuencias del fenómeno de La Niña, lo cual ha provocado esta enorme descarga de agua.
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“En las partes altas de la zona, las lluvias constantes es algo que beneficia a las actividades agropecuarias, cuando les falta el agua los cultivos tienen que recibirla de manera muy ingeniosas y por ello con este tiempo es cuando se favorece ese sector”, refiere Illescas Téllez.
Sin embargo, dice, esto es una alteración climática que se ha ido agravando con el paso de los años y aun cuando genera beneficios por un lado, tiene consecuencias adversas.
“Seguramente ya ha habido lugares en donde han ocurrido crecidas de los caudales de ríos, inundaciones y deslave de cerros por el exceso de agua, por las cuales se han registrado pérdidas materiales”, cita el especialista en medio ambiente.
Por otro lado señaló que otra de las afectaciones producidas por los aguaceros, es que al inicio de la temporada de lluvias, estas tienden a contaminar los ríos al acarrear los fertilizantes o químicos derramados en las tierras de siembra y causan efectos negativos para los recursos pesqueros, ejemplos claros son las afectaciones en las lagunas Cavana y de Mandinga, en donde la primera se ha secado y la segunda presenta daños severos.
¿Qué tan grave es el daño causado?
Según el experto, al paso de las lluvias los contaminantes se diluyen pero no desaparecen por completo de las afluentes de agua dulce, se van al mar y al paso del tiempo causan otros efectos, como metales pesados en organismos de aves y mamíferos que ambientalistas de otro países han encontrado, y las atribuyen a la causas de su muerte.
En la zona centro de Veracruz, esa contaminación cae directamente al caudal del río Blanco, el cual se encuentra entre el cuarto y quinto lugar, de los más contaminados a nivel nacional.
“No ha cambiado su posición, en Veracruz hay dos de los cuatro afluentes más contaminados en el país, uno es el de Coatzacoalcos, y otro el río Blanco”, señaló Illescas Téllez.
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Esto a pesar de la gran ayuda que proporciona la planta de tratamiento de aguas residuales Firiob, en Ixtaczoquitlán, la cual trata el líquido de 6 municipios y a más de 20 empresas, pero no es suficiente.
“Es una planta de tratamiento que muchos lugares de Veracruz quisieran tener, pero con todo y su eficacia, tenemos una región muy grande, de 56 municipios y una gigantesca cuenca como la del río Blanco, que no son cubiertas por esta planta y sigue recibiendo contaminantes”, precisa el declarante.
El especialista señaló que, "debido que estamos ubicados en la zona alta del citado río, no vivimos la contaminación del mismo, sin embargo, la estamos exportando a la zona media y baja, hasta el Golfo de México y ahí sí se reflejan las consecuencias de la contaminación".
“Si el río Blanco fuera una turística o pesquero estaríamos en un situación grave, de tensiones políticas muy fuertes”, preciso el informante, quien dijo que de Ixtaczoquitlán para abajo, la contaminación ya no corresponden a la planta de tratamiento y por eso no termina de bajar del deshonroso cuarto o quinto lugar de los más infectados.
Terminó señalando que municipios de la zona alta también tienen mucho que ver, como Ixhuatlancillo, La Perla, Maltrata, Acultzingo, Orizaba, Nogales, Río Blanco, Huiloapan, Rafael Delgado, y otros de la sierra de Zongolica, debido a que carecen de una planta tratadora de aguas residuales y sus corrientes acuáticas terminan por convergen en algún punto del río Blanco.