Ahuilizapan o Ahuizapan es una voz náhuatl que significa “valle de las aguas alegres” o “lugar de aguas alegres”, sitio que hoy se conoce como Orizaba, la famosa Ciudad de las aguas alegres, uno de los 8 Pueblos Mágicos de Veracruz desde el 2015.
¿Cuál es la historia de la fundación de Orizaba?
La historia de Orizaba comienza en la época prehispánica, antes de la llegada de los españoles a este territorio habitado por pueblos indígenas, donde destacan los totonacas, mismos que le dieron el nombre a Orizaba, antes conocido como Ahuilizapan o Ahuizapan. En estas tierras también habitaron toltecas, tlaxcaltecas y mexicas hasta la llegada de los españoles.
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Su nombre fue dado por su ubicación en un fértil y majestuoso valle por el cual cruza un gran río y sus ricos afluentes, custodiado por montañas llenas de vegetación, idóneo para asentarse los grupos indígenas.
Con la llegada de los españoles, se cuenta que Hernán Cortés pasó por esta región en su camino a la gran Tenochtitlán. Como se sabe, la gran ciudad mexica fue conquistada el 13 de agosto de 1521, comenzando el periodo de conquista y la colonia. Con esto, en gran parte del territorio conocido como la Nueva España comenzaron a fundarse asentamientos españoles, uno de ellos es Orizaba, fundada oficialmente en 1569 por el capitán español Francisco de Marmolejo.
Ya en la época colonial, su ubicación la hizo punto estratégico del comercio por ser uno de los sitios más importantes para el comercio en la Nueva España, esto porque era el punto obligatorio para descansar del viaje entre Ciudad de México y el Puerto de Veracruz, punto que se conocía como “Camino Real”. Además, con el inicio de la siembra de caña de azúcar en 1540, su desarrollo y valor aumentaron.
¿Por qué Orizaba fue la primera Atenas Veracruzana?
Desde el 12 de diciembre de 1830, Xalapa obtuvo su rango como Ciudad, floreciendo como la vegetación con la que cuenta, pero detonándose su desarrollo, su riqueza cultural y sobretodo las instituciones educativas que han hecho que sus habitantes, visitantes y personas que ha llegado para profesionalizarse la resalten como una cuna de conocimiento.
Incluso su nombre hace homenaje al hombre que realizó importantes reformas a la educación, cultura, jurisprudencia, ciencia, civismo y quien se preocupó por la mujer xalapeña: el general Juan de la Luz Enríquez. Por este político veracruzano es que a Xalapa se le comenzó a llamar la “Atenas Veracruzana”.
Sin embargo, el primer lugar en ser reconocido de esta manera fue Orizaba, ya que tuvo una importante contribución a la cultura, el arte y la educación en México durante su época de esplendor en la colonia. Según información del INAH, en el siglo XIX y principios del XX, Orizaba fue el centro intelectual y cultural de la entidad, pues albergó numerosas y prestigiosas instituciones educativas, como el Colegio Preparatorio de Orizaba, el cual atrajo a estudiantes de diversas partes del país.
Asimismo, la Ciudad de las aguas alegres fue hogar de grandes figuras de la literatura, la ciencia y el arte de la época, los cuales contribuyeron al desarrollo cultural de México y sobretodo de la región montañosa de Veracruz. El odontólogo cubano Leandro Canizares cuenta en uno de sus escritos:
Había allí algunas sociedades literarias y artísticas y un grupo de literatos y profesionales ilustrados y prestigiosos. Entre los primeros recuerdo el citado novelista y poeta Rafael Delgado, A. Vicente Daniel Llorente, Manuel Cámara y FRANCISCO López Carvajal, también a poetas; al cultísimo Silvestre moreno Cora, cuya copiosa biblioteca –que yo veía de paso a la Alameda-, provocaba mi envidia… En aquel tiempo solía llamarse a Orizaba “la Atenas Veracruzana”.
Otro aspecto que la hizo acreedora del nombre para compararla con Atenas, la cuna de la filosofía y educación en la antigua Grecia, es su fuerte actividad económica que la conformó como uno de los centros industriales, más importantes del país, contando con varios fábricas textiles, cerveceras, cigarreras, plantas hidroeléctricas, varios beneficios de café y locales como carpinterías, panaderías o tenerías hacia finales del siglo XIX.
Un hecho que cambió el rumbo del desarrollo económico de Orizaba sucedió el 1 de enero de 1873, cuando se inauguró el paso de uno de los más grandes símbolos del progreso en la época y el mundo: el ferrocarril. Manuel y Antonio Escandón, capitalistas de aquellos tiempos, optaron por la ruta más complicada de tránsito por Orizaba en el trayecto de Veracruz a la Ciudad de México. Lo anterior impactó la prosperidad económica y ubicó a la región como uno de los escenarios en la poderosa iconografía de progreso sobre los ferrocarriles.
Con el ferrocarril no sólo llegó la prosperidad, también comenzaron a hacerse presentes grandes fotógrafos que retrataron e inmortalizaron aquellos paisajes que se atesoran, de una ciudad que aportó grandes personajes, historias y tradiciones que son conservadas hasta hoy.
Fotógrafos como Juan D. Vasallo o el alemán Hugo Brehme capturaron la vida de la antigua Orizaba y la primera Atenas Veracruzana de nuestra entidad, un espacio de industria y cultura que fue sitio de interés para grandes maestros de la luz a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, dejado imágenes de Orizaba con historias que deben ser contadas.
Hoy en día la ciudad de Orizaba es reconocida como Pueblo Mágico por su patrimonio histórico, cultural y arquitectónico, ya que sus construcciones conservan la esencia e identidad colonial y neoclásica, contrastando en su entorno natural junto al Pico de Orizaba, la montaña más alta de México.
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