Insectos comestibles, una alternativa para la seguridad alimentaria

En “Insectos comestibles como modelo de negocio sostenible: Revisión Sistemática”, opina que sí es posible el crecimiento de la demanda de estos alimentos

Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

  · domingo 26 de noviembre de 2023

Son fuente de vitaminas, fibras, minerales y grasa | Foto: David Bello | Diario de Xalapa

Con miras a la seguridad alimentaria en 2030, la científica Adriana Inés Arroyo Marlés ahonda en el estudio de fuentes menos convencionales como el uso de insectos comestibles para el consumo humano.

¿Cuáles son algunos beneficios de los insectos comestibles?

En estudio publicado en el número 16 de la revista de observatorios UVServa de la Universidad Veracruzana, la investigadora vislumbra que estos alimentos, además de ser una opción para la alimentación, también lo son para el desarrollo en otras áreas.

Al comparar la producción con la actividad ganadera, expone que los insectos pueden contribuir al cumplimiento de optimización de costos económicos en los procesos de producción, crear empleos directos e indirectos, revalorar tradiciones ancestrales y disminuir la degradación ambiental.

Arroyo Marlés hace una revisión a la literatura científica y empírica, con lo cual brinda un panorama de los beneficios del cultivo de insectos comestibles para su comercialización y posterior consumo humano.

En “Insectos comestibles como modelo de negocio sostenible: Revisión Sistemática”, opina que sí es posible el crecimiento de la demanda de estos alimentos y productos basados en proteínas alternativas como la harina de insectos.

A medida que el número de consumidores se interesen por la sostenibilidad, el valor nutricional, la innovación culinaria y la preocupación por la seguridad alimentaria, crecerán las opciones de producción y comercialización, estima.

Al referirse a los desafíos, menciona que la innovación en nuevas dietas alimentarias con insectos es compleja por la poca investigación y el rechazo de la mayoría de consumidores.

Con miras a la seguridad alimentaria en 2030, ahondan en el estudio de fuentes menos convencionales como el uso de insectos comestibles | Foto: David Bello | Diario de Xalapa

Además, nombra también el poco interés de las estrategias de marketing para visibilizar los beneficios de productos elaborados con insectos cultivados.

La investigadora cree necesario estudiar nuevas perspectivas de la digitalización con el fin de que más personas vean la ingesta de insectos como alternativa segura de alimentos.

¿Pero por qué centró su objeto de estudios en estas dietas? A manera de introducción, recuerda que para alcanzar el Objetivo de Desarrollo sostenible 2 Hambre Cero, hay recomendación internacional de revisar la disminución acelerada de recursos naturales en la industria agroalimentaria para alimentar a más de 9 mil millones de personas en 2030.

“La entomofagia regulada se plantea como un recurso alternativo frente a los desafíos venideros no solo en cuanto a alimentación, sino también como estrategia para minimizar impactos climáticos”, puntualiza.

Reitera que a partir de la revisión realizada “las dietas con proteínas derivadas de insectos ofrecen grandes posibilidades nutricionales, teniendo en cuenta además su eficiencia para convertir fuentes vegetales en proteína, la reducción de recursos naturales para su crianza, y que producen menos emisiones contaminantes, generando menos residuos”.

¿Cuál es el valor nutricional de los insectos?

Información de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México indica que “los insectos son un delicioso manjar”. Además, divulga que México es el país con el mayor número de insectos, pues rebasa las 500 especies.

Asegura que son de sabor agradable y que tienen alto contenido de proteínas, ¡un kilogramos de chapulines tiene el doble de proteína que un kilo de carne de res!

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Por si eso fuera poco, añade, son fuente de vitaminas, fibras, minerales y grasa, y para su producción requiere 14 veces menos tierra y cinco veces menos agua.

¿Pero cómo se pueden comer? Como huevos, larvas, pupas y adultos, crudos, guisados y como botana. La única especificación es que su producción debe hacerse responsablemente para evitar mermar sus poblaciones y su ambiente.

Publicado en Diario de Xalapa