Orizaba, Ver.- En el Cementerio Municipal “Juan de la Luz Enríquez” no es solo el sitio donde reposan los restos de miles de personas, entre ellos, muchos orizabeños ilustres; pero también es un lugar lleno de leyendas que viven y se trasmiten desde hace muchos años, como la de la Niña del Ángel, la Piedra del Gigante, entre otras.
En la primera sección descansan los orizabeños ilustres. Hay un monumento erigido en memoria del general Ignacio De la Llave a la mitad del camposanto sobre la calle principal del mismo.
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El camposanto fue inaugurado y abierto oficialmente el primero de agosto de 1884. Las tumbas más conocidas que se convirtieron en mito entre la población del Valle de Orizaba son: La Niña del Ángel, la Piedra del Gigante y la Gruta del Cristo Negro.
Ingresar al cementerio cuando pardea la tarde provoca escalofrío y como decía mi abuelita: ‘se pone la piel de gallina’.
En medio del silencio sepulcral pareciera que se escuchan murmullos, voces, susurros y, hasta risas apagadas.
La Niña del ángel
Platican sepultureros que la leyenda más contada es de la niña Ana María Dolores Segura y Couto que falleció, según dicen durante un incendio, contaba con 2 años de edad. Con el tiempo, familiares cercanos aclararon que sufrió meningitis y esa enfermedad la llevó a la tumba.
Sus padres, en plena crisis de tristeza buscaban mantener la chispa que su hija tenía, así que contrataron al mejor escultor de aquel entonces para que le hiciera una tumba que tuviera los mismos detalles de su hija acostada sobre su cama, resguardada por un ángel que tuviera una rosa en una de sus manos.
La obra fue realizada con todo detalle y cumplió con las especificaciones que pidieron sus padres. Los ojos, cabello y manos, todo es idéntico al pequeño cuerpo de la niña.
Desde entonces la tumba permanece en buenas condiciones, parece que el paso del tiempo no le afecta. De igual forma, flores y juguetes aparecen de la noche a la mañana a un lado desde la tumba.
Después de más de 100 años, dice la leyenda, que el ángel protege a la niña de las condiciones climáticas. Si hay mucho sol, el querubín mueve sus alas para proteger el rostro de la pequeña y si hay lluvia sucede lo mismo.
Dicen que en las noches la niña baja de la cama de mármol para jugar en cementerio y, el ángel le ilumina el camino despidiendo una luz desde sus ojos para protegerla y no perderla de vista.
Y la rosa que sostiene en su mano derecha, la deja caer sobre la niña para que ella pueda jugar.
La Piedra del Gigante
La Piedra del Gigante recibió ese nombre de la gente, sin embargo, este monumento es más antiguo que la misma ciudad. Algunos dicen que es producto de la erupción del Citlaltépetl (Pico de Orizaba) ocurrida entre los años 1300 y 1500.
El monolito es considerado como tesoro de la arqueología veracruzana. Tiene grabada la figura de un hombre de gran altura y constituye el primer documento de la región realizado por los antiguos habitantes de la ciudad, para conmemorar el ascenso de Moctezuma Xocoyotzin, en 1502.
Entre los elementos que destacan y que a pesar de la erosión que ha sufrido con el paso de los años, todavía se pueden observar está un pescado y un conejo. De acuerdo a la placa que ahí se encuentra, la que se observa es la representación de un rito agrario por los inicios de la primavera, acompañados de círculos que indican año 10 y día 2 “tochtli cipactli”.
General Ignacio De la Llave y Segura
La tumba histórica más importante que hay en el panteón es la del general Ignacio De la Llave y Segura, considerado como el Benemérito del estado y, por ello su nombre resalta al lado de Veracruz. La tumba se encuentra en medio del cementerio.
En el panteón descansan otros personajes ilustres que dejaron una huella intangible en la historia no solo a nivel local, sino también a nivel nacional e internacional en el periodismo, la medicina, la seguridad social, entre otros.
Destacan el llamado padre de la Seguridad Social Nacional, Valentín González Suárez; el médico y político, Ignacio Gómez Izquierdo; el pintor orizabeño, José Justo Montiel; el abuelo de Francisco Gabilondo Soler "Cri-crí", el coronel José Antonio Soler; el profesor, escritor, ensayista y periodista, José Lama Hernández; el Capitán de Fragata, Blas Godínez Brito, héroe que dirigió la batalla de San Juan de Ulúa.
También, James Shirley originario de Kilkenny Irlanda, quien llegó a México como Ingeniero civil contratado para supervisar los puentes del ferrocarril en 1866, diseñó y construyó los puentes de Metlac y los de Cumbres de Maltrata.
En la placa ubicada en un museo que hay en la entrada principal del camposanto se alcanza a leer que: “A su muerte en noviembre 19 de 1904, su ataúd fue trasladado en una máquina con vagón de ferrocarril, el cual fue decorado con arreglos florales, al igual que la estación de Orizaba, desde donde partió dicha máquina sonando la sirena del tren hasta la entrada del cementerio”.
El historiador orizabeño José María Naredo también descansa en este lugar, en vida fue de ideas conservadoras y, entre sus escritos se encuentran las biografías del cura don Nicolás del Llano, del pintor Gabriel Barranco y del licenciado José Miguel Sánchez Oropeza. Fue presidente municipal y ocupó varios cargos en diversas obras para beneficio de la ciudad como fueron la exposición Veracruzana y el enrejado del atrio de la Parroquia de San Miguel, hoy, catedral.
En los últimos 15 años, el Cementerio Municipal cambió y se convirtió además en un lugar cultural al incorporar un pequeño museo donde se exhiben cruces, monumentos y placas muy antiguas, que se rescataron cuando se hizo una limpieza profunda, se ordenó y se hizo un censo para saber cuántas tumbas había y de cuánto espacio libre disponía.
También se convirtió en un lugar turístico pues en él se hacen recorridos nocturnos en los que artistas vestidos ad hoc, cuentan las leyendas mientras caminan por las calles y avenidas.
El Cementerio Municipal Juan de la Luz Enríquez es sin dudas un lugar que guarda mucha historia con personajes que cambiaron el destino de los habitantes de la ciudad y que incluso trascendieron a nivel nacional; además de que guarda muchas leyendas que merecen ser conocidas y con tumbas que merecen ser visitadas.