Orizaba, Ver., 27 agosto.- Tras permanecer hospitalizado durante tres meses, desde el momento de su nacimiento y enfrentar una doble lucha, por su nacer prematuro y resultar positivo al Covid-19, el pequeño Maximiliano fue dado de alta del Hospital General Regional del IMSS Orizaba.
A través de la Oficina de Representación en Veracruz-Sur, la neonatóloga Alma García López dio a conocer que Max nació el 18 de mayo pasado, a las 32 semanas de gestación, pesó solo un kilo con 600 gramos y por la dificultad respiratoria que presentó requirió ventilación mecánica.
Agregó que luego de que uno de sus progenitores fue positivo a Covid-19 y, ante el daño pulmonar secundario a su condición de prematuridad, se le practicó la prueba como lo marca el protocolo de atención institucional para la atención del recién nacido y salió positiva.
Ante esto, el equipo que integran 10 especialistas, enfermeras y, en general, la jefatura de Departamento Clínico, redobló esfuerzos para contribuir a su recuperación.
Le suministraron varios esquemas de medicamentos y antibióticos, además de que se tomaron todas las medidas de protección y aislamiento.
Valorarlo con goggles, careta y Equipo de Protección Personal (EPP) fue un reto, pero salieron adelante. “La lucha de Max por sobrevivir fue inspiradora para hacer nuestro trabajo de la mejor manera”, destacó.
Miriam Sánchez y Óscar Alor, papás de Max, originarios de Cosamaloapan, agradecieron al IMSS y a su personal por la atención y cuidados que tuvieron con su pequeño.
La mamá explicó que presentó incompetencia ístmico cervical, que es una condición en la que el cuello uterino está ligeramente abierto y existe el riesgo de pérdida, por lo que se mantuvo en control médico y vigilancia a cargo del personal del Hospital General de Zona en Cosamaloapan.
Al iniciar trabajo de parto fue trasladada al hospital del IMSS de esta ciudad, donde nació Max, quien fue ingresado al servicio de Neonatología. De acuerdo con la información que les daban los médicos, el pequeño tenía días buenos y días más difíciles.
“Gracias a su férrea voluntad y a la ayuda de los doctores, quienes hicieron muy bien su trabajo, hoy tenemos a Max recuperado y en casa”, dijo.
Óscar, el papá, por su parte, dijo que ver a su hijo canalizado, con respiración asistida y recibiendo varios medicamentos, generó en él sentimientos nunca experimentados; sin embargo, siempre mantuvieron la esperanza de que se recuperaría.
Hoy, a tres meses de su nacimiento, Maximiliano fue dado de alta, pesa 2 kilos gramos, ya no necesita apoyo respiratorio pues sus pulmones funcionan bien; come por sí mismo del seno materno y por ello pudo, por fin, ir a casa con sus papás.