Orizaba, Ver.- Cientos de feligreses de Orizaba, Mariano Escobedo, Ciudad Mendoza, así como familiares, amigos y vecinos, despidieron en misa al padre, Herminio Zárate Pérez, quien falleció durante la noche del viernes pasado.
El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios y el obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino presidieron la celebración de exequias que se celebró en la parroquia de San Juan de los Lagos en la colonia Librado Rivera, donde nació y vive su familia.
Los feligreses abarrotaron el templo y con aplausos se despidieron de un sacerdote ejemplar, como refirieron sus vecinos, muchos de quienes lo conocieron desde hace 47 años.
Rosa María Torres, vecina y quién lo cuidó en sus últimos días recordó que el padre se caracterizó siempre por su buen humor y disposición para con la gente. "Conocimos al padre Herminio desde la infancia, fue un gran amigo, un gran vecino, se llevaba con todos", dijo.
Subrayó que la mejor enseñanza que les deja es la humildad, valor que le trasmitieron sus padres y que compartió con todos a su alrededor; además de solidaridad y caridad pues apoyó mucho apoyo a sus vecinos y a la gente de las diferentes comunidades parroquiales que tuvo a cargo, dijo Rosa Isela Piña, otra de las amas de casa que asistió a la misa de exequias.
Parada en el camellón, como decenas de personas que llegaron de diferentes partes de la Diócesis a bordo de camiones especiales, justo frente al templo que abarrotaron los asistentes, Rosa María Torres dijo que no hubo momentos malos del padre Herminio, "siempre nos daba un pequeño detalle, era cercano a la comunidad. Siempre fue bueno con su familia y con la gente".
María Luisa Crescencio Márquez, otra de sus vecinas, recordó que siempre que pasaba por el puesto de antojitos que atiende le decían: "adiós padre y él nos contestaba, adiós pecadoras, pórtense bien. Siempre estaba de buen humor", apuntó.
El trato cercano que mantuvo con su comunidad permitió que conocieran lo que le gustaba, por ejemplo, comer; "le gustaban sus empanadas de revoltijo, sesos y champiñones; era amante de los animales y tenía sus perros. Antes que él falleció su perro y él sufrió por su pérdida", recordaron.
Al término de la misa, su hermana agradeció a los presentes por el gran cariño y respeto que siempre mostraron al padre Herminio, quien dijo, "fue una persona de luz, un ángel para muchos; fue una persona que ayudó, aconsejó, trató de seguir fielmente su vocación; nunca dudó de ella, siempre trató de llevarla firme", enfatizó.
Agradeció que la gente lo siguiera desde el último rincón a donde lo mandaron, Loma Grande, así como de todas las parroquias y recrorías donde estuvo. "Sembró siempre su semilla y aquí están sus frutos", resaltó.
Al término de la misa, el cortejo salió y pasó por su casa por última vez, antes de encaminarse al Cementerio Municipal Juan de la Luz Enríquez.
El padre Herminio Zárate Pérez nació un 30 de noviembre contaba con 57 años de edad.
Su último encargo como párroco fue en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Loma Grande, antes fue rector de San Rafael Guízar y Valencia en Ciudad Mendoza.
video: Mayra Figueiras Hernández