Zongolica, Ver.- Doña Alicia Ana Pérez Rivera, precursora y protectora de la cultura, tradiciones y la medicina ancestral de la Sierra de Zongolica dejó un enorme legado en cada una de las personas que formó. Con su fallecimiento, México perdió un Tesoro Humano.
Madre y jefa de familia, sola sacó adelante a sus hijos: Adolfo, quien fue precursor del Inegi e INE; Socorro, promotora de la Enfermería, María Cira, precursora de la radio náhuatl, Alejandrina, Raymundo y Pompeyo como profesores, este último actual director general del Instituto Tecnológico Superior de Zongolica.
Doña Alicia Ana rescató el legado ancestral de los Xochitlallis en el estado y apoyó como partera, a cientos de mujeres indígenas, con el alumbramiento de miles de pobladores de la región de las Altas Montañas.
Recibió de parte del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta), la distinción como Tesoro Humano debido a sus aportes al conocimiento de la herbolaria y medicina tradicional náhuatl, que compartió en países como Japón y Alemania, entre otros.
En Coapa Pinopa, en el municipio de Zongolica, del que era originaria, comenzó su trayectoria en la medicina tradicional creando mezclas herbolarias para tés, ungüentos, jarabes y jabones para curar diversas afecciones.
Compartió sus conocimientos a través de cursos, talleres de medicina tradicional, herbolaria, costura, corte y confección, a lo largo de los recorridos que hizo por todo el país.
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Fundó, además, la Organización de Médicos Tradicionales, “Masewalltlamachilistle”, que se constituyó legalmente hace 21 años. Una de sus últimas participaciones a nivel estatal fue hace dos años, cuando con motivo del Día Internacional de la Mujer indígena afirmó que “existen las enfermedades porque si no, estaríamos en el paraíso”. Descanse en Paz doña Alicia Ana Pérez Rivera (1936-2022).