Orizaba, Ver.- El mayor drama de memoria histórica para la ciudad fue el derribo de la que fue la fábrica textil más importante de la zona, Cocolapan, afirmó Eulalia Rivera Carbó, investigadora del “Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora”, de la Ciudad de México y estudiosa de la historia urbana de Orizaba.
“Que tiraran la fábrica (que está en manos de particulares) fue un crimen urbano imperdonable y lo dije aquí en un coloquio porque me enteré al llegar, la acababan de tirar tres semanas antes”, aseveró. Recordó que ella trabajó por el rescate de la exfábrica en organismos internacionales, incluso hizo todo un texto que se puso en una red que tiene un grupo de rescate de edificios de arqueología industrial.
Estuvo en Puebla, conoció la arqueología industrial de México y denunció, “Cocolapan está cerrado, corre peligro, no solo el edificio sino el archivo de la fábrica, que todavía no sabemos dónde está. Es imperdonable que la tiraran con el pretexto de un estadio de futbol que no se va a hacer; estoy segura que eso fue especulación para construir casas y hacer negocio urbano”, aseveró. Eso fue un drama de memoria histórica para la ciudad.
Señaló que, a partir de entonces notó un cambio en la ciudad, pues ha habido mayor sensibilidad en las autoridades, se han rescatado cosas y hay mayor interés ahora, de otra actitud.
“Me tiene muy impresionada, desde hace muchos años lo que han cuidado la ciudad, no estoy metida en temas políticos porque voy y vengo, de algo me entero; pero creo que ahora hay unas autoridades sensibles a la historia, han demostrado un cariño por la ciudad y además creo que han hecho reformas con fundamento en la historia, entonces realmente la ciudad ahora está muy bonita, muy bien cuidada”, subrayó.
Dijo que se están rescatando edificios que cuando ella comenzó a venir a la ciudad estaban totalmente arruinados, a punto de caerse; “eso es importante en términos al menos de estética urbana, han rescatado lo que se podía rescatar”, acotó.
Puntualizó que cambios, como el que ha tenido la ciudad suceden de arriba para abajo; “si uno ve que las autoridades son sensibles y cuidan la ciudad y se interesan por su historia, la gente que es dueña finalmente de su ciudad, se vuelve sensible, le da gusto y también la protege y protesta cuando se hacen cosas mal hechas”, concluyó.