Orizaba, Ver.- Sin importar si hace frío o calor, como los que se registran las últimas semanas, los albañiles están al pie del cañón, saben que el trabajo que realizan es para el disfrute de las personas que harán uso del espacio que construyen o remodelan.
Ramón Pérez Avelino, originario de Acultzingo; Antonio Ávila Rodríguez, de Ixhuatlancillo y Andrés Martínez López, de Orizaba tienen entre uno y más de 25 años desarrollándose en el oficio de la albañilería.
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Albañiles reparan senderos en Poliforum Mier y Pesado
Entrevistados en un receso del trabajo que realizan en el Poliforum Mier y Pesado, donde reparan los senderos hechos con durmientes que atraviesan los jardines del icónico edificio, coinciden en que les gusta su oficio y por eso lo hacen con gusto y con todo el cuidado que requiere.
Antonio reconoce que él, como muchos de sus compañeros, “somos duros de cabeza y la última opción es meternos a la cuchara, pero la albañilería tiene su inteligencia y su porqué”, enfatiza.
Subraya que hay albañiles muy buenos y que en ese oficio se aplican las matemáticas y el cálculo. “Nosotros no estudiamos mucho, pero acá con la práctica se va aprendiendo, el que quiere aprender, aprende; se hace bueno. A pesar de que no tenemos estudios tan avanzados, a veces desempeñamos trabajos que arquitectos nuevos que llegan no saben hacer”.
Reconoce que no es lo mismo la práctica que lo que se aprende en los libros, sin embargo, agrega, los albañiles aprenden de los ingenieros y arquitectos y, éstos, aprenden de quienes ejecutan la obra física.
Señalan que el suyo es un trabajo que muchas personas no valoran, “a veces nos ven chimecos, pero es un trabajo bonito. Al final del día es una satisfacción ver lo que creamos, para mí como albañil es muy satisfactorio llevar de mis manos, de mi trabajo, un pan a mi casa, a mi familia”, dice Antonio.
Don Ramón Pérez reconoce que no es fácil, pues el trabajo lo tienen que realizar a pesar del calor, del aire, del frío o la lluvia, ese es su compromiso y lo cumplen con gusto.
Reconoció el empeño y la dedicación que ponen en su trabajo no solo sus compañeros en el lugar donde trabajan, sino el de todos los que viven y se desempeñan en la zona de las Altas Montañas.
Andrés Martínez López, dice que él tiene un año como albañil y ver cómo trabajan, el empeño que ponen para que su trabajo quede bien lo impulsó a incursionar en la albañilería.
“Saben perfeccionar cualquier detalle, yo llegué aquí siendo un niño con muy poco aprendizaje, pero al ver sus obras me motivé para probar cómo hacer la revoltura, las mezclas. Mis compañeros tienen buena mano de obra. Comienzas desde cero y creces poco a poco, vas agarrando costumbre, forma, vas embarneciendo, como dicen”.
A nombre de todos sus compañeros, Ramón, Antonio y Andrés felicitaron a los albañiles que celebran el 3 de mayo trabajando, porque tienen el compromiso y la responsabilidad de seguir transformando la ciudad, para el disfrute de los orizabeños y sus los visitantes.