ORIZABA, Ver.- Permitir que Jesús permanezca en medio de todos como lo hizo el pueblo de Israel, como hermano, como paisano; abrir corazón, mente y alma para recibir su Gracia; así como dar testimonio de las cosas buenas que animen a seguir adelante y dejar atrás lo malo es el objetivo de esta Noche Buena y Navidad de los cristianos.
El padre Helkyn Enríquez Báez, vocero diocesano de Orizaba destacó que esta Navidad distingue al menos dos fechas. La noche del 24 y la solemnidad de la Navidad.
“El primer mensaje que se va a escuchar el día 25 en el Evangelio dice San Juan: y el Verbo de Dios se hizo carne y acampó entre nosotros. Recordemos que el pueblo de Israel por mucho tiempo fue nómada y dejar acampar a alguien medio de sus campamentos significaba que era amigo, era hermano, era paisano; esta expresión recuerda que Jesús se quiso hacer uno de nosotros; como dice San Pablo se hizo todo igual que nosotros, menos en el pecado; entonces pone su tienda de campaña que significa que sufrió como nosotros, se alegró como nosotros y sufrió como nosotros”, destacó.
El segundo mensaje es recibir al Niño. “En las posadas recordamos ese sufrimiento que tuvieron María y José para encontrar un lugar en donde esperarse justo en los momentos del parto. Si nosotros lo vemos en el Evangelio, en las tradicionales posadas, en estos días debemos abrir nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma para recibir la gracia de Jesús, que recordamos en esta Navidad”, subrayó.
El tercer mensaje es testimoniar, anunciar; “los pastores que contemplaron al Niño en el nacimiento regresaron, dice el Evangelio, cantando las maravillas de Dios; yo creo que en estos tiempos en lugar de contar con resentimiento que a mí me ofendieron y dijeron, hay que recordar lo bueno, recordar momentos bonitos de la familia, con los amigos, en el trabajo; lo que Dios nos ha dado y hablar bien de ellos. Tendemos mucho a quejarnos y a hablar mal, ¿Por qué no hacer como un propósito testimoniar?, hablar bien de los demás, decir cosas buenas, animarnos entre nosotros”, enfatizó.
Reconoció que la situación económica influye en el ánimo de las personas porque a veces la gente quisiera tener un poco más, pero a veces no alcanza ni para la cena, no se tiene para visitar a la familia que está lejos y la persona se queda celebrando sola.
“Para ellos el mensaje es que, aunque ciertamente las cuestiones materiales pueden ayudar a pasar un buen momento, cuando se tiene a Dios en el corazón no importan las cosas materiales”, concluyó.