En Veracruz las personas con discapacidad, limitación en la actividad cotidiana o con algún problema o condición mental constituyen el 19.1 por ciento de la población estatal, es decir 1 millón 542 mil 272 personas tienen dificultades en su funcionamiento y requieren servicios de asistencia.
El Censo de Población y Vivienda 2020 documentó que, en Veracruz, hay 468 mil 990 personas con discapacidad (5.8 por ciento), 105 mil 332 personas padecen algún problema o condición mental (1.3 por ciento), 1 millón 030 mil 435 personas tienen alguna limitación.
De 468 mil 990 personas con discapacidad, el 53 por ciento son mujeres y 47 por ciento varones.
Mientras que 202 mil 584 personas con discapacidad tienen entre 60 a 84 años (43.2 por ciento de la población con discapacidad); 134 mil 435 personas de 30 a 59 años representan el 28.7 por ciento de este sector poblacional con discapacidad.
La población adulta de 85 años y más sumó un total de 47 mil 870 personas con discapacidad (10.2 por ciento); un total de 45 mil 160 menores de cero a 14 años tiene discapacidad (9.6 por ciento) y 38 mil 938 personas de 15 a 29 años constituye el 8.3 por ciento de la población con discapacidad en Veracruz.
De acuerdo con la actividad cotidiana, el 45. 7 por ciento de la población con discapacidad presenta dificultades para caminar, subir o bajar; 44.9 por ciento no puede ver, aún usando lentes; 24. 2 por ciento tampoco puede oír, a pesar de utilizar un aparato auditivo; 19 por ciento se enfrenta a limitaciones para bañarse, vestirse o comer; 19.5 por ciento tiene problemas para recordar o concentrarse y 16. 1 por ciento de la población enfrenta limitaciones para hablar o comunicarse.
Con base en los datos del Censo Nacional elaborado por el Inegi, la Dirección General de Prevención de Riesgos, perteneciente a la Secretaría de Protección Civil del Estado (SPC), publicó el documento “Recomendaciones y Medidas Preventivas de Protección Civil dirigidos a autoridades municipales para las Personas con Discapacidad Física y Visual”, con el objetivo de exhortar a los ayuntamientos a sumarse con la implementación de acciones preventivas y de apoyo, que contribuyan a la cultura de prevención y autoprotección de este grupo de población.
La dependencia estatal señala que hay 214 mil 300 personas con discapacidad física, es decir que tienen mucha dificultad para realizar actividades cotidianas o no pueden hacerlas, específicamente caminar, subir o bajar.
Los municipios que concentran el mayor número de personas con discapacidad física son Veracruz (15 mil 397), Xalapa (10 mil 805), Coatzacoalcos (8966), Poza Rica (5423), Papantla (5041), Minatitlán (4664), San Andrés Tuxtla (4368), Tuxpan (4298), Córdoba (4090), Boca del Río (3705), Orizaba (3430), Tierra Blanca (3173), Martínez de la Torre (2961) y Cosoleacaque (2948).
Sin embargo, en términos porcentuales, por su número de población, existen diez municipios con más personas con discapacidad física, dentro de los cuales destaca el municipio de Tuxtilla, “como el caso más extremo del Estado, en el cual casi siete personas por cada 100 presentan este tipo de discapacidad”, indica la SPC.
Además de Tuxtitlla, en la lista se encuentran los municipios de Amatitlán, Tamiahua, Apazapan, Tancoco, Zacualpan, Chontla, Landero y Coss, Otatitlán y Gutiérrez Zamora.
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Asimismo, existen 210 mil 674 veracruzanos con diversos grados de discapacidad visual; el mayor número de este sector poblacional corresponde a 22 municipios.
En esta lista figuran: Veracruz (14 mil 771), Xalapa (11 mil 625), Coatzacoalcos (9498), Poza Rica (5139), Papantla (4828) San Andrés Tuxtla (4490), Minatitlán (4328), Córdoba (4151), Tuxpan (4052), Orizaba (3383), Tierra Blanca (3213), Martínez de la Torre (2962), Boca del Río (2949), Álamo Temapache (2926), Cosoleacaque (2928), Tantoyuca (2573), Acayucan (2294), Chicontepec (2180), Pánuco (2147), Las Choapas (2077), Coatepec (2076) y Tezonapa (2016).
Entre las recomendaciones dirigidas a las autoridades municipales se encuentran la revisión de los programas internos de protección civil de los inmuebles, verificar que estén contempladas las personas con discapacidad, tanto física como visual, dentro de su Plan de Emergencia. En el caso de las medidas enfocadas a la protección de las personas con discapacidad física: identificar los sitios más recurrentes de este sector para proponer al cabildo acciones (inclusión y señalización) u obras de accesibilidad (rampas, pasamanos, puertas amplias, entre otros) que ayuden en su tránsito.
Para asegurar el cumplimiento de los derechos humanos de las personas con discapacidad visual se recuerda la importancia de que toda acción y comunicación oficial observe lenguaje incluyente y no sexista, criterios de inclusión, trato digno e igualitario, exenta de toda forma de discriminación, prejuicios sobre la discapacidad y/o estereotipos de género.
DISCAPACIDAD NO LOS LIMITA
Para Andrés Adame, Jorge Luis Guerrero y Jesús Rodríguez sus distintas discapacidades no los han limitado para luchar por su sueño, alcanzarlo y mantenerlo vigente. Ellos son Toque Nuevo, ensamble musical del puerto de Veracruz que ha tenido presentaciones en el estado y otras partes del país.
De visita en Xalapa, los músicos hablaron de sus intereses, de su búsqueda por llegar a otros escenarios y de su ilusión por concretar una invitación a España, postergada por la crisis sanitaria pero vigente para alcanzar su internacionalización.
Toque Nuevo, con cuatro años de trayectoria, tiene entre sus características la interpretación de un repertorio diverso; aunque sus integrantes dicen tener muchas coincidencias, también tienen gustos específicos en la música.
En el caso de Jorge Luis Guerrero Montero, fundador del ensamble, es violinista y saxofonista. También toca la batería y la flauta: “Nosotros hacemos magia”, expresa quien a sus 28 años dice sentir mucha emoción de saber que puede llegar a los corazones de otras personas.
El líder del grupo comparte que cuando ofrecen un concierto les gusta tocar desde la música popular tradicional y hasta clásica. La misión es alegrarle la vida a quien los escucha.
En cuanto a Andrés Adame Gutiérrez, tiene 22 años y es percusionista. Cuando toca la batería, su rostro cambia y su intensa energía la transmite a su público. Él se describe como un metalero y algunas bandas internacionales están entre sus predilectas
Jesús Rodríguez es el más entusiasta del trío. Grita, anima, aplaude… Él es pianista y flautista, y desde niño toca este instrumento. Las canciones de los Bukis, Temerarios, Brindys y Voces Blancas son sus favoritas.
Afecto a cultivar amistades, no duda en decir que sus colores favoritos son el morado y el fucsia, y a sus 31 años, se declara un apasionado de la música.
Toque Nuevo se ha presentado en la entidad, así como en la ciudad de Guadalajara. También ha actuado en el Senado de la República y en un fututo espera ir a otros lugares.
Sus miembros coinciden en querer ser conocidos como personas que luchan día a día. “Somos normales —enfatizan— y son los otros quienes nos ponen barreras, pero no importa, hacemos lo que queremos y podemos hacer”, sostienen.
Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa
ANTONIO ATIENDE SU PROPIA TIENDA
VERACRUZ, Ver.- Con sus manos, Antonio recorre la textura del billete de 100 pesos que le da un cliente para pagar dos refrescos y muy despacio deposita el dinero en un pequeño cajón que se ubica a su derecha donde saca otro billete y algunas monedas para dar el cambio. Antonio nunca vio el billete, pero sabía que su denominación era de 100 pesos, tampoco vio al cliente, pero estaba seguro que era uno de los trabajadores del taller que se ubica cerca de su tienda, él no ve nada, pero su sentido del tacto es tan genuino que muy pocas veces se equivoca.
José Antonio Morales Valero, de 66 años, perdió la vista hace 44 años, cuando estaba recién casado y con un hijo de un año en brazos. Él era un joven muy sano, trabajador de una pequeña panadería, pero un problema en la sangre llamado anemia aplástica lo dejó ciego de por vida.
Relata que para salvar su vida tuvo que iniciar un tratamiento muy agresivo, los doctores le advirtieron de los riesgos, pero su deseo por vivir fue más fuerte y decidió correr el riesgo. Explica que el tratamiento tuvo una duración de dos años, sin embargo, la pérdida de la vista le vino seis meses después de haberlo iniciado. Al culminar el tratamiento se enfrentó a su realidad, había perdido la vista, pero no tenía tiempo de lamentarse.
El negocio de la tienda se convirtió en el sustento principal, lo que permitió que sus tres hijos terminaran sus carreras profesionales. A pesar de su discapacidad, Antonio está al frente del negocio, se encarga de atenderla día y noche.
“Esta tienda ya tiene 40 años, yo me encargo de atenderla a pesar de estar ciego, me encomiendo a Dios, le pido que nos cuide, él me quitó la vista pero me dio otras capacidades, el tacto, el olfato; tengo mucha sensibilidad, no dudo que haya alguien que se quiera pasar de listo, pero no me ha sido difícil adaptarme; me guío por tamaños y texturas, créeme que conozco los billetes, las monedas con solo tocarlas y también conozco a mis clientes por su voz y hasta por sus pasos”.
Con información de Ingrid Ruiz | Diario de Xalapa