Diversa: Ella es la primera “clown penitenciaria” del estado de Veracruz

Lleva un poco de alegría y esperanza a personas privadas de su libertad en los 17 Centros de Reinserción Social de Veracruz

Ariadna García | Diario de Xalapa

  · miércoles 6 de octubre de 2021

Estrella de Luz, primera "clown penitenciaria" del estado de Veracruz/Foto: Jesús Escamiroza

Xalapa, Ver.- Estrella de Luz es la primera “clown penitenciaria” del estado de Veracruz que lleva un poco de alegría y esperanza a personas privadas de su libertad en los 17 Centros de Reinserción Social (CERESO) de la entidad.

Desde hace ocho años formó el Patronato Mariposas Tena Asociación Civil que es también el primero que busca brindar ayuda humanitaria a personas recluidas.

Este nace en el pabellón de Salud Mental del penal de Pacho Viejo, Veracruz con el interés de poder ayudar a las personas privadas de su libertad luego de que ella estuviera recluida cinco años seis meses en que purgara su condena y tuviera su proceso de reinserción.

 

 

“Yo transitaba en una experiencia penitenciaria en ese momento y gracias a las autoridades de aquél entonces que me permitieron iniciar ese trabajo humanitario, desde ahí nace y hemos hecho un trabajo muy bonito, un trabajo que nunca se había realizado en el estado de Veracruz enfocado en ese trato humanitario, en ese acompañamiento a las personas privadas de su libertad y hacemos colectas de ayuda humanitaria”, dijo.

Cada mes, a través de los medios de comunicación y redes sociales convoca a la población para que se sume a esas colectas de artículos diversos como pasta de dientes, cepillo dental, crema, jabón, toallas sanitarias o papel higiénico y ahora, con la pandemia por Covid-19, también de gel antibacterial, cubrebocas, guantes o caretas.

La siguiente actividad a realizar es “Cobijando una Estrella” que inició el pasado lunes y con la que buscan donaciones para llevar al penal de Pacho Viejo e incluso a otros de tener productos suficientes.

El apoyo que brindan es dirigido principalmente a las personas que estudian, trabajan, con buena conducta o que pertenecen a grupos en estado de vulnerabilidad como son los adultos mayores, con alteraciones mentales, mujeres embarazadas o con bebés, así como a la comunidad LGBT+ principalmente mujeres transgénero de la celda F24.

“Yo soy una mujer trans y me siento muy orgullosa de poder ejercer mi género, mi realidad, mi identidad y que se respeten mis derechos, para mi es muy placentero compartirles que, dentro de los centros de reinserción social, el apoyo a la comunidad LGBT+ es impresionante, en fechas pasadas, tuvimos la primera marcha del orgullo dentro del Centro de Reinserción Social de Pacho Viejo Veracruz, es un hecho histórico porque nunca se había realizado en el estado y tuvimos la presencia de Ari Vera Morales quien es una mujer transgénero referente a nivel Latinoamérica de la defensoría de los derechos de las mujeres trans”.

Estrella es además enfermera titulada con posgrado en salud mental por lo que sostiene que, en el estado, el proceso de reinserción social se lleva de la mejor manera.

“A eso me dedicaba y adentro, las autoridades me permitieron compartir mi conocimientos, asistiendo a mis compañeras, compañeros en la clínica mental y en el consultorio (…) es importante resaltar el trabajo que se realiza en este momento, recalcar que es una administración histórica, y justamente estos cambios son históricos para nosotros como personas trans, se nos respeta nuestra identidad, a ellas se les respeta su cabello, algunas se maquillan poquito, el usar la ropa femenina y con las medidas que marcan los protocolos de seguridad como el color o el uniforme”.

Te puede interesar: Diversa: solo buscamos ser felices, amor es amor, dice activista

Sin embargo, considera que algo que está faltando es poder tener un seguimiento cuando salen de prisión dado que, aunque dentro se les respetan sus derechos, al salir es complicado conseguir empleo ante el doble estigma, por ser mujeres trans y por haber sido puestas en libertad.

Actualmente ella ejerce su profesión de manera particular y además se ha entregado totalmente al patronato que asegura le ha llenado de amor y alegría al poder compartir su mensaje.

“No solo a mis compañeras y compañeros privados de su libertad sino también a la sociedad en general, que se sume a esas actividades, que se sume a esa labor porque sin duda algunas las personas que se encuentran recluidas en los centros de reinserción social en algún momento van a salir, y entonces la pregunta sería a la sociedad en general y a los gobiernos, ¿qué estamos haciendo nosotros para recibir a estas personas puestas en libertad?”.

Para conocer más del patronato Mariposas Tena “Estrella de Luz” se les puede buscar en redes sociales, donde dan muestra del trabajo de ayuda a los grupos vulnerables.

Lleva sus mejores pasos de danza a la frontera

En la zona fronteriza entre México y Estados Unidos suena fuerte el nombre del docente de danza Érik Basurto Huerta, xalapeño cuya labor ha sido reconocida más de una vez por el Tecnológico de Monterrey campus Ciudad Juárez, Chihuahua, una de las entidades educativas donde se desempeña.

“Mi misión es aprender en conjunto con mis alumnos y que cada esfuerzo y cada acción vayan hacia el desarrollo y el crecimiento de mejores seres humanos, a quienes el arte y la educación les ayuden a construir una mejor sociedad”, expresa en entrevista.

 

 

Ejercer una profesión que describe como “bella y noble” le hace sentirse una persona privilegiada, pero también con una gran responsabilidad porque cree que “los profesores de humanidades y artes deben formar personas con pensamiento crítico y con capacidad para generar proyectos sociales y profesionales”.

Sostiene que más allá de los reconocimientos, que sí son estímulos para seguir creciendo y trabajando, su compromiso es con un sentido humano. Y es que además de catedrático es bailarín, creador escénico, director artístico e impulsor de acciones sociales a favor de grupos vulnerables.

Al respecto, menciona que uno de sus objetivos en general es contribuir a que las personas reconozcan su cuerpo y sean capaces de desarrollar una mirada y una forma particular de ver el mundo.

Con grupos de niños y niñas en situación vulnerable, agradece la oportunidad de poder intervenir para que haya resolución de problemas con la familia y una reeducación con los papás y mamás.

“Quiero compartir que se puede ver el mundo de otra manera, lejos de la cultura capitalista. Aprender a pensar por uno mismo, a tomar decisiones, a hacerse responsable de esas decisiones, y a no tener miedo a cometer errores”, indica.

Aunque no se vayan a dedicar a la danza, piensa que es primordial que cada persona pueda abrazar su sensibilidad, se sepa frágil y aprenda al mismo tiempo a cuidar el cuerpo.

“El cuerpo es el único templo y hogar que hemos tenido y tendremos toda la vida; hay que dedicarle tiempo para tenerlo con buena salud mental y emocional, no solo física”.

Sobre las experiencias pedagógicas con los distintos grupos con los cuales trabaja, dice tener la convicción de que sí hay una ayuda pero no solo para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sino también para él.

“Me hacen tener mente y corazón abiertos y dispuestos. Comprendo que hay un valor en lo que se puede hacer y con lo que se sabe hacer”.

Educación para la paz

Érik Basurto es docente en el Tecnológico de Monterrey, donde es director artístico del grupo de danza CAOHS. También es profesor en la Universidad Autónoma de Ciudad de Juárez, donde tiene sesiones con estudiantes de distintas carreras como parte de una formación holística integral.

Además, colabora con el Ballet de la Comedia y es fundador y director de su propia compañía, Frontera Ballet Independiente, donde investiga, crea y difunde la danza escénica como una actividad artística y cultural.

“Es mi espacio para promover actitudes y valores que favorezcan la integralidad del cuerpo, en favor del valor, respeto y tolerancia”, explica.

Con la pandemia, observa que el desafío actual como docente es avanzar a una escuela nueva en un contexto que distancia, cuando en su caso el trabajo es cuerpo a cuerpo para despertar emociones y conectar miradas.

“Estar en un escritorio en formato virtual en un principio fue un reto pero hoy es un área de oportunidad y crecimiento para encaminarse a una nueva educación del siglo XXI”, sostiene.

 

 

Enfatiza que es tiempo de transitar hacia un modelo de conocimiento basado en el desarrollo de competencias integradas, donde conocimiento, habilidades, aptitudes y valores se pongan en práctica en situaciones dentro del contexto real de pandemia y postpandemia.

“Desde mi punto de vista el arte va a seguir siendo físico, presencial, pero para ello hay que estar actualizado, tener la formación y conocer el material y el público al que te diriges”.

A sus 47 años, Érik Basurto se siente satisfecho con lo que hace y agradece estar en una ciudad donde ha habido oportunidad de generar un oasis para el arte en el desierto, junto con otras personas que van llegando de otros lugares o que se fueron y regresaron.

“Picamos piedra. No ha sido fácil, pero vamos avanzando”, dice a 21 años de vivir en Juárez, donde lo mismo hay días con temperaturas de más 40 grados a la sombra y otros con sensación térmica de menos 20-26 grados.

“Me gusta porque, como su clima, soy extremo. Todo o nada. Puntos medios me cuestan trabajo”. Finalmente, puntualiza la necesidad de una escucha activa, de abrazar diferencias y diversidades, formas de ser, actuar y pensar.

Él busca alejarse del autoritarismo y abrir la puerta a la empatía: “Si algo no me gusta, propongo para lograr el cambio; si veo algo que es injusto, soy amoroso”.

“Como bailarín me hace falta al final de cada jornada saber que aprendí algo. Quiero dejar un granito de arena para que este mundo sea menos violento y contribuir a construir uno basado en una educación para la paz, con congruencia y con amor”, expresa.

Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa