Ejército procura seguridad, porque delincuencia rebasó estrategias

Para Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba, declaró que la capacidad de atención de la inseguridad por parte del Gobierno, ha sido rebasada por la ola de violencia

Mayra Figueiras Hernández | El Sol de Orizaba

  · sábado 16 de mayo de 2020

Padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba / Fotos Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Orizaba Ver.- Si las fuerzas armadas se incorporan a la vigilancia cotidiana para mantener la seguridad entre la población, es porque las estrategias que estableció el gobierno fueron rebasadas por la violencia, aseveró Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.

Durante rueda de prensa dijo que, esto se constata día a día en las carreteras y en la experiencia de las comunidades, que siguen sufriendo por la violencia, el secuestro, la extorsión, los asaltos a mano armada. “La delincuencia ha rebasado la capacidad de atención en ese sentido”, subrayó.

Esta, recordó, fue una medida a la que se recurrió en otro sexenio, para salvaguardar las comunidades, para vigilar los caminos. Apuntó que todas las estrategias están sujetas a revisión de las instituciones para atender el tema de la inseguridad.

Subrayó que además de ello se debe pensar también, a mediano y a largo plazo, en la reeducación de las comunidades. “Valorar en este tiempo de pandemia cuáles son los valores que rigen la comunidad, atender a los sectores vulnerables para que propiciando un desarrollo integral y progresivo se aleje a los jóvenes y a los adolescentes de la delincuencia y lanzar campañas de prevención”, destacó.

La estrategia de moda urgente, consideró, se debe atender; pero la verdadera estrategia se piensa a más largo plazo, y hacerla no solo implica involucrar a las instituciones de seguridad sino hacer un cambio cultural, con una reestructuración en el modo como nuestra comunidad debe vivir.

Agregó que la delincuencia se debe combatir con una educación integral que incluye la formación en valores y con un desarrollo de las comunidades, no con el asistencialismo pues éste no genera el desarrollo de las comunidades; éste se hace con fuentes de empleo y propiciando la capacidad de paz, de emprender el apoyo al campo, a los sectores vulnerables para su desarrollo. “Es así como se debe pensar que se podría combatir verdaderamente el flagelo de la delincuencia que afecta tanto a nuestras comunidades”, concluyó.