Orizaba, Ver.- Para ayudar a los niños y adolescentes a afrontar de la mejor manera los cambios que comenzaron a raíz de la pandemia, es necesario desarrollar la empatía con ellos y con el manejo adecuado de las emociones propias enseñarles a ellos para evitar que cuadros depresivos o de estrés los orillen a atentar contra su vida.
Denis Pino Romero, coordinadora del Departamento de Atención y Prevención de Riesgos en la Infancia y Adolescencia (Dapria) en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Orizaba dijo que generar empatía con los hijos y enseñarles que expresar sus emociones adecuadamente les ayudará en el proceso de adaptación a la nueva normalidad.
Señaló que uno de los mayores retos que se tiene actualmente es enfrentar y adaptarse a los nuevos cambios. A todos cuesta y da miedo o temor porque se aprendió a vivir en rutinas.
Estamos en una zona de confort y experimentar nuevos cambios es complicado, difícil y sí como adultos nos es complicado, tenemos dudas y nos cuestionamos y frustramos, para los niños y adolescentes es mucho más difícil
Explicó que ser empáticos es ser honestos y mostrarles lo que se siente y piensa, pues así los niños expresarán sus emociones libremente y los papás sabrán qué tan frustrados, enojados o tristes están por esta nueva normalidad.
“Es muy importante que desarrollemos la empatía en el entorno familiar, porque los niños han experimentado los cambios de manera drástica, tal vez porque la familia afronta la pérdida de algún familiar o la separación de los papás y viven un duelo; por lo que es importante mantener la comunicación con ellos”, apuntó.
Agregó que hay que hacer entender a los adolescentes que la crisis que se atraviesa es algo temporal porque tendrán que adaptarse al cambio, por ello también es importante fijar límites, establecer nuevas rutinas en casa sin caer en lo permisivo; por lo contrario, ser empático, pero respetar los límites y acuerdos que como familia se tienen que establecer.
Finalmente dijo que es indispensable estar pendientes de los cambios que presenten los hijos pues aún no saben reconocer sus emociones, por eso hay que enseñarlos para que se puedan adaptarte al cambio, al trabajo, a la familia, a la pareja; eso los motiva y los vuelve seres resilientes ante las adversidades, que pueden trabajar con sus emociones y no convertirlas en una conducta violenta o deriven algo peor como tener ideas suicidas en una situación de estrés.