Recuperar y reivindicar los lactobacilos que se encuentran en muchos alimentos fermentados de manera tradicional, podría ayudar a mejorar la salud de la población, asentó María Guiomar Melgar Lalanne, integrante del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Veracruzana.
La investigadora de origen español, naturalizada mexicana desde hace casi 20 años y con 25 años en México, específicamente en Xalapa, destacó que su equipo de investigación ha identificado un lactobacilo, con el que empezarán a hacer modelos animales y con el que se podría curar o combatir la diabetes tipo II.
Explicó que ya tienen todas las pruebas preliminares que indican que sí funcionan en el manejo de la diabetes.
Los lactobacilos, dijo, son microorganismos benéficos que están en muchos alimentos fermentados de manera tradicional como en quesos, pozol, en la comida tradicional mexicana, por lo que recuperarlos y reivindicarlos como parte de una dieta sana podría ayudar a mejorar la salud de la población.
Este lactobacilo encontrado en la miel de abejas meliponas, ya se está probando en diabetes tipo II. “En principio parece que ayuda a controlar y a prevenir la diabetes tipo II”, insistió.
Apenas están identificando y poniéndoles nombre a los lactobacilos de la miel, y actualmente están en el proceso de hacer las pruebas genéticas y bioquímicas para conocerlos. “El problema con la microbiología es que como no los vemos, no sabemos; no los podemos ver con los ojos y los tenemos que ver de otra forma para saber cómo es ese microorganismo, cómo se comporta y para qué puede servir".
Tenemos mucha esperanza en la miel de abejas meliponas, pues es un producto fermentado de manera natural
En la miel, abundó, hay unas bacterias que la fermentan y lo que nos estamos preguntando es si esas bacterias que son capaces de vivir en un ambiente tan azucarado pudieran tener beneficios en la salud de las personas para el mismo consumo de azúcar.
Adelantó que investigan si las bacterias pueden servir para controlar enfermedades en los ambientes donde se desarrollan, pues se ha visto que las que crecen en ambientes con mucha sal ayudan en enfermedades como hipertensión.
Recordó que la miel se ha usado como cicatrizante desde la época de los griegos o probablemente mucho antes; su poder antiséptico, como el del merthiolate, está más que reportado desde la antigüedad. El propóleo es antimicrobiano y también se le usa con regularidad para el resfriado y como desinfectante bucal para sanar la garganta.
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Es un alimento que tiene muchísimas propiedades, polifenoles y antioxidantes que son anticancerígenos y tiene antimicrobianos, lo que la hace un producto muy valioso, reiteró.
El equipo de investigación partió de que si las bacterias benéficas matan a las patógenas, “porque para suerte de la humanidad las bacterias benéficas son mucho más resistentes que las bacterias patógenas, salvo algunas excepciones, pero en general las benéficas aguantan más las condiciones estresantes, si no la verdad es que ya hubiéramos desaparecido”, destacó.
En base a esa competencia entre las bacterias benéficas y las patógenas es que mantenemos la salud, insistió.
SIN DINERO, LAS INVESTIGACIONES SE ALARGAN
Debido a la falta de recursos, explicó, las investigaciones son muy lentas, por lo que para llegar al punto de las pruebas de los probióticos aislados de la miel se han tardado diez años, “cuando hay dinero las cosas son mucho más rápidas”, asentó.
La investigación requiere muchos recursos, mucho tiempo, equipo y cuando no hay dinero y los equipos son pequeños, el proceso es más lento.
La catedrática de la Facultad de Biología y el doctorado de Ciencias Biomédicas compartió que le gusta mucho lo que hace y no se le ocurre otra cosa mejor que hacer, “yo creo que muchos de mis compañeros y yo lo hacemos por eso que llamamos vocación”.
Para Melgar Lalanne, quien estudió ingeniería agrícola en la Politécnica de Madrid y Ciencia y Tecnología de Alimentos en la Complutense de Madrid, siempre ha sido muy importante revalorizar las dietas tradicionales y entender por qué antes la gente no se enfermaba de ciertas cosas que ahora padece, y una de las respuestas que ha encontrado es que tanto la dieta como el estilo de vida han cambiado.
“Hay una triada que generalmente ha cambiado: la dieta, la cantidad de actividad física y las relaciones sociales. Esa triada que tradicionalmente representaba salud se ha venido cambiando; ya no comemos sano, la gente hace cada vez menos ejercicio y tenemos cada vez menos relaciones sociales, y con la pandemia aún menos, por lo que la sociedad ha perdido mucha salud”, concluyó.
Vainilla ayuda a reducir sintomatología y procesos del cáncer
Aunque no se puede asegurar que la vainilla cura el cáncer de próstata porque la mayoría de las plantas no lo curan, sí ayuda a reducir la sintomatología y a veces algunos procesos del cáncer, aseguró la investigadora veracruzana del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) Leticia Margarita Cano Asseleih.
Destacó que las plantas son mucho más útiles y eficaces en la prevención de enfermedades como es el caso del cáncer de próstata, en cuyo caso sí recomienda ampliamente el consumo del extracto natural.
La autora del libro Nuestra Flora Medicinal de Veracruz, puntualizó que se ha confirmado una fuerte actividad antioxidante en la vainilla, aunque no han podido determinar la actividad anticancerígena, en particular contra el cáncer de próstata, sin embargo sí hay una pequeña actividad antiproliferativa de las células cancerosas en el tejido de próstata, por lo que sí se puede prevenir para que el tejido funcione de manera adecuada y que no llegue a estados de mayor problema.
Además la vainilla es antirrelajante, ansiolítica, pues elimina estados de ansiedad, por lo que recomienda tomar 15 gotas de extracto de vainilla natural al día, puesto que es una forma de ayudar al organismo a que funcione adecuadamente.
La doctora en Ciencias, con especialidad en Farmacognosia, en la Escuela de Farmacia de Chelsea, Inglaterra, adelantó que el libro Nuestra Flora Medicinal de Veracruz, que publicó hace unos 15 o 20 años se actualizará con más información de las plantas, así como fotografías para que los interesados puedan identificarlas en el campo.
En éste, explicó, se tiene el registro de unas mil 250 especies, entre las que hay algunas que se utilizan para aliviar afecciones urinarias, por lo que se dio a la tarea de identificarlas y entre esas estaban incluidas algunas que utilizan los médicos tradicionales de Chontla.
Son alrededor de 50 especies las que estudia para afecciones urinarias. De éstas se puso a investigar la farmacología en la literatura científica y encontró que de unas 8 ya había información sobre el alivio a los problemas de próstata como inflamación, actividad antibiótica, diurética, por lo que ayudan a eliminar el líquido de la vejiga.
“Lo importante en estos casos es que el organismo elimine todo el líquido, pero el proceso está bloqueado por la inflamación de la próstata lo que empieza a provocar proliferación de células malignas que crecen de manera desordenada y muy rápida”, añadió.
De entre estas plantas hay varias especies en las que ya se había corroborado una actividad anticancerígena, no necesariamente de próstata, pero sí de otros tejidos, y antioxidante, eso es lo que le hizo entrar en esa línea de investigación contra el cáncer de próstata, compartió.
Actualmente el equipo de investigación que ella dirige tiene como 40 especies de plantas para estudiar, de las cuales sólo llevan 5, por lo que conminó a estudiosos interesados a sumarse a este trabajo.
LA GENTE TIENE UN ALIADO EN LA VEGETACIÓN QUE LE RODEA
La doctora Cano Asseleih se considera una científica muy optimista, pues opina que la cultura herbolaria que tienen los mexicanos no debe perderse, de ahí que considere importante la publicación de libros y artículos en los periódicos como éste en Diario de Xalapa, por lo que “los que estamos en la academia no debemos dejar que se pierda”.
“Las plantas antiestrés son parte de la herbolaria mexicana, las podemos tener en nuestros jardines, en macetas y debemos tomarlas para prevenir que lleguemos a estados más alterados de salud", reiteró.
Entre éstas están el zacate limón y el toronjil que son plantas con un sabor exquisito; son aromáticas, el toronjil parece un té de jazmín y lo mejor es que tiene propiedades contra la ansiedad, la depresión y contra el insomnio.
"Aunque cada persona responderá de manera diferente ante cada planta, para mí la tarea de cada uno es buscar la que le ayude a contrarrestar un problema de salud. Qué mejor que controlar, con unas gotitas de vainilla en un licuado, preparar los dulces o postres con vainilla natural o prepararse un té con estas gotas cuando se sienta ansiedad.
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Hay gente que dice que se va a perder la información y la tradición en el uso de las plantas, pero yo soy optimista y pienso vamos a continuarla porque somos una mezcla de más de 50 culturas que utilizan las plantas de manera diferente, lo que crea una gran riqueza y es base de información importantísima de la herbolaria.
Los que estamos en la academia no debemos dejar que se pierda por eso es mi interés en que se publiquen libros, artículos en el periódico y que se difunda la información entre nuestra población, que la gente sepa que tiene un aliado en la vegetación que le rodea”, asentó.