ORIZABA, Ver.- Los niveles de pobreza en los municipios de la zona están influidos por diversos factores, no solo el económico sino porque falta mucho por hacer en las zonas marginadas no solo por la pandemia, sino por criterios que han fortalecido el aspecto asistencialista y no el de un desarrollo integral, mencionó Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.
Señaló que también de pobreza se puede hablar cuando no hay educación, cuando no hay infraestructura, cuando no hay un desarrollo integral y en ese sentido hace falta mucho por hacer.
Dijo que lo que toca es pasar de la asistencia al desarrollo a la promoción de las personas, de las comunidades, al bienestar de los pueblos para que tengan la posibilidad de acceder a la comunicación superior, a la posibilidad de tener tranquilidad y paz en sus comunidades, que estén libres de violencia, "que también tengan la posibilidad de que se reconozca el respeto a la vida y la dignidad de todas las personas", resaltó.
“Esto implica el desarrollo de una comunidad, no solamente podemos reducir los índices de pobreza al aspecto material, que ya en nuestra zona de la Diócesis son marcadas específicamente en áreas de la sierra de Zongolica y del Citlaltépetl, y podemos ir más allá", concluyó.