Ciudad Mendoza, Ver.- La escultura de Sofía Bassi (1913-1998), pintora y escritora destacada, es un homenaje a la mujer mendocina, dijo Estefanía Carrera Rosas, creadora de la obra de arte que ilumina el boulevard de la cabecera municipal.
Explicó que la elaboró con fibra de vidrio, mide 1.90 de alto y la realizó en tiempo record (semana y media). "Como mujer me arriesgué a hacer la obra como homenaje a una increíble pintora y escritora", añadió.
Hacerla se convirtió en un reto, pues antes trabajaba en equipo con su papá y hermano, pero ahora ella sola hizo la escultura de una extraordinaria artista que nació en Camerino Z. Mendoza, cuyo verdadero nombre fue Sofía Celorio Mendoza, pero lo cambió por fines artísticos.
Agradeció la confianza y la oportunidad para hacer la escultura, porque apenas empieza, aprende y está en el proceso, ya que apenas tiene 23 años de edad.
En la escultura que hizo fusionó dos técnicas: el papel maché y la fibra de vidrio, pero por el tiempo, la trabajó directo del papel maché a la fibra, por ello, no queda muy terso y pulido el trabajo, debido a que no tuvo el tiempo y apenas aprende a sacar los moldes para que quede un trabajo más profesional, señaló.
"Aunque no soy profeta en mi tierra, aquí en Ciudad Mendoza me dieron la oportunidad de plasmar mi arte para elaborar la escultura de Sofía Bassi, que dentro de su carrera tuvo alrededor de 90 exhibiciones individuales y participó en 165 exposiciones”, señaló.
La primera exhibición de Sofía Bassi fue en la Galería Plástica y “Lys Gallery”, en Nueva York, un año después de haber empezado a pintar. A partir de su primera exposición se presentó en México, Estados Unidos, Europa y África.
Algunas de sus exhibiciones más importantes forman parte del Museo de Arte Moderno, La Maison de L’Amerique Latine en Paris, el Selma Lagerlöf, Museo en Stockholm; el Tel Aviv Museum of Art, y la Galería de la Presidencia de la República en la Ciudad de México.
Además de su trabajo artístico, también fue escritora. En 1966 publicó una novela titulada “El color del aire”, seguido de “El hombre leyenda”, “Prohibido pronunciar su nombre” en 1978 y “Alfolí”, un libro de historias cortas escritas con la poeta Bertha Rosalía González Aragón. Dejó dos novelas sin publicar.
Jean Michel Cropsal, en 1972, calificó su trabajo como una “impresión mágica”, pero es más común clasificarlo por su estilo surrealista. Bassi describió el arte como un elixir que ella quería beber hasta el final de su carrera, para no morir.
Pintó paisajes antropomórficos que representaban los continentes y ciudades perdidas, algunas veces siendo surrealista inspirada por la película “Trampa para una niña”, grabada en Guatemala y dirigida por Ismael Rodríguez.