Río Blanco, Ver.- La exfábrica textil de Río Blanco es un monumento histórico que bien pudiera convertirse, una parte en museo y, en otra instalar alguna empresa para generar lo que más falta en el municipio: fuentes de empleo, dijo el historiador Armando López Macip.
En entrevista recordó que él sugirió, en el 2017, durante el Congreso de la Asociación de Ciudades Mexicanas en la CDMX donde impartió la conferencia “Pueblos fabriles, pueblos fantasmas”, que fábricas como la textil de Río Blanco, que todavía conserva su casco, pudiera convertirse, una parte en museo y, a otra darle la utilidad que requiera el municipio.
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“Lo que hace falta son fuentes de empleo. Las naves de la exfábrica ya no sirven para trabajar en ellas”, dijo.
¿Podría exfábrica de Río Blanco ser museo y empresa a la vez?
Ejemplificó que en Orizaba la exfábrica textil de Cerritos, del mismo consorcio que la de Río Blanco (Plamat), la compró el municipio y la convirtió en central de abastos; la de Cocolapan también se vendió, pero está abandonada y sólo queda el terreno.
En Río Blanco sí quedan varios de los edificios emblemáticos como el de las oficinas, la Casa del Consejo y, “gran parte de todo eso pudiera ser museo, pero lo demás podría ser utilizado de acuerdo a las necesidades propias, instalando alguna empresa”. Y es que dijo, esos espacios se están desaprovechando y echando a perder.
Mencionó que, al parecer, el propietario actual de ese inmueble es una firma de abogados que fue asesora de Juan Mata González, quien lo vendió. La exfábrica, dijo, nunca estuvo en manos de los trabajadores.
“La de Río Blanco siempre fue de Juan Mata. La que dejó perder fue la de San Lorenzo, en Nogales y se quedó para los trabajadores, que la embargaron, y desde entonces dos grupos se la han disputado y no la han logrado vender, mejor la destruyeron”.
Resaltó que lo dicho en la Mañanera por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que no se descarta que ese espacio pudiera convertirse en museo, es viable.
Sin embargo, señaló, hay que tener en cuenta que ese espacio tiene propietarios y, si el gobierno lo quiere hacer, que lo compre y lo haga, nada más que no hay que olvidar que ya se va, le quedan unos cuantos meses y quién sabe si lo puedan lograr.
“Hay que ser realistas, ha pasado todo un sexenio y no terminan con la Refinería de Dos Bocas a la que le han puesto todos los recursos y todo el empeño y, lo que se pueda; imagínate con esto, que ni siquiera es de ellos”, enfatizó.
INAH también tendría opinión en el tema
Recordó que el inmueble de la extextilera de Río Blanco es un monumento histórico que está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero no está reñido con que una parte sea museo y otra, una empresa productiva o una institución educativa y cultural.
“Está el ejemplo de la de Santa Rosa (Civsa), que es menos antigua, se inauguró en 1898” y, se convirtió en una plaza comercial.
Para saber:
La etapa del Porfiriato se destacó por el auge de empresas de grandes dimensiones y con tecnología moderna. Diversos grupos de inversionistas vieron en México la oportunidad de acrecentar sus ganancias por las condiciones positivas que brindaba el gobierno para el establecimiento de nuevas industrias. Fue así que el grupo conocido como los barcelonnettes (empresarios franceses), visualizaron la creación de la Compañía Industrial de Orizaba (Cidosa).
Su máximo proyecto de inversión fue la construcción de la fábrica Río Blanco. El trabajo se realizó en tres años y pronto se posicionó como la más grande de América Latina con mil telares y 43 mil husos.
El 9 de octubre de 1892 fue inaugurada por el entonces presidente de México, Porfirio Díaz y con ello está región se convirtió en un referente nacional por su auge económico. (Fuente: Archivo General del Estado de Veracruz).