ORIZABA, Ver.- La ausencia forzada de alguno de los integrantes de la familia no solo deja dolor en ese núcleo, sino también deudas y un sinfín de trámites legales sin finiquitar por falta de una declaración de ausencia, mencionó Araceli Salcedo Jiménez, directora del Colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, quien dijo que al contar ya con ella, muchas familias podrán recuperar un poco de tranquilidad y aligerar incluso su economía.
Señaló que hay abuelos que se quedaron con los nietos o que tienen algún tipo de problema para obtener la pensión o aquellos que tienen que dar seguimiento a la desaparición del esposo que era el sostén del hogar, ya que tras su desaparición todo se quedó pendiente, “con las casas, con las cuentas de banco, con las deudas, con todo, porque eso va creciendo cada día más y las familias de cierta manera estamos cegadas”, apuntó.
Señaló que al menos unas cien personas estarían buscando la declaración de ausencia, trámite que ahora se puede hacer de manera inmediata, tras la desaparición del familiar, “porque las necesidades son inmediatas”, sobre todo si la persona que desapareció era el sostén del hogar o trabajaba para una empresa; ya que de esa manera la familia podrá reclamar los salarios caídos, que quedaban retenidos pues no se les daba a las familias.
Mencionó que ha habido casos incluso de niños que no han podido ser registrados con el apellido de su padre o su madre, a consecuencia de la desaparición de alguno de ellos, pero con la Ley de Declaración de Ausencia, ya se puede registrar al bebé con el apellido de ambos.
Entre las familias que luchan por encontrar a sus desaparecidos hay por lo menos 25 familias que tratan de librar demandas mediante las que pretenden quitarles su vivienda, por falta de pago de las mensualidades de la misma tras la desaparición forzada del titular.
Es precisamente eso lo que se está procurando, que se empiece ese juicio civil para que puedan frenar ese intento de querer quitarles sus hogares
Refirió que el hostigamiento de casas comerciales e instituciones bancarias hacia esas familias es constante, pues hay casos también de personas que dejaron alguna deuda pendiente que ha ido creciendo.
“Las personas que van a su domicilio les dicen que a ellos no les interesa que esté desaparecido, sino que les paguen. Es un acoso, un hostigamiento hacia las familias que tienen que hacer frente a la deuda que quedó pendiente tras la desaparición del esposo, esposa o hijo”, señaló.