Ixtaczoquitlán, Ver.- Como dice la canción , “yo no olvidó al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas”, habitantes de la comunidad de Zacatla en Ixtaczoquitlán, una comunidad alejada en medio de la Sierra, olvidados por las autoridades, toman fuerzas cada día para hacer del próximo año uno mejor, sin cenas ostentosas las familias que allí habitan siguen adelante y utilizan de sus recursos y cultivos lo necesario para compartir en familia un inicio de año especial.
Hoy acaba el año 2020, lleno de retos, pérdidas humanas y la fuerza de la ciudadanía por salir adelante, sin embargo esta noche no todas las familias podrán celebrar como se debe, no todas recibirán al 2021 con una gran cena, sin embargo eso no les hace sentir mal pues están vivos y unidos.
Para la señora Dionisia, originaria de la comunidad de Zacatla de la ciudad de Ixtaczoquitlán, este año fue complicado, pues dos meses antes de diciembre su hija sufrió un accidente que la tuvo en cama por días y que poco a poco ha empezado a recuperarse, sin embargo la atención médica y la complicación de que pueda caminar por sí sola son cosas que tienen a su mente ocupada lejos de “celebrar” que un año más va a finalizar.
Su hija de 45 años, al salir por las tortillas resbaló golpeandose parte del cuerpo que le impidió caminar por días y que hacían difícil la movilidad pues no contaba con una silla de ruedas para mínimo llevarla al baño, pero eso no limitó la ayuda de las personas que veían como ayudarles, ahora su hija va recuperando movilidad y siendo su bastón una fortaleza va nuevamente caminando.
En una breve charla, Doña Dionisia contó que el 24 de diciembre la paso con su familia donde horas antes de cenar pollo en su domicilio, acudió a una misa donde la comunidad acostó al Niño Dios, siendo esto una tradición, pues al ser Zacatla una comunidad pequeña y algo alejada de la civilización todos se conocen siendo así una gran familia, vecinos y amigos.
Cuestionada de cómo despedirá el 2020 dijo que si tiene volverá a matar uo de sus pollos para cenar con su hija, su nieta y su esposo quien se dedica a la siembra de chayote y maíz que ahora para ellos también funciona de autoconsumo.
Pero el terreno donde tienen las siembras puede decirse son rentadas y por ellas paga un aproximado de 50 a 100 pesos.
Una situación complicada vive la gente de las zonas rurales vulnerables, pues así como doña Dionisia hay más familias que requieren de un apoyo de las autoridades de Ixtaczoquitlán pues comunidades como Capoluca, Nexca y Rincón Tecolayo son las más alejadas de la cabecera municipal.
Aunque la situación de la época navideña no le preocupa, tiene esperanza de que este 2021 las cosas cambien y que la pandemia se aleja pues espera volver a ver a su nieta en la escuela