Orizaba, Ver. – Por años han existido historias de hechos sobrenaturales en lugares donde menos te lo esperas, protagonizadas por seres de ultratumba.
En esta ocasión nos tocó conocer uno de los relatos en la vida reciente del Centro de Investigación Genética (CIG) ubicado en la localidad Colorines, del municipio de Nogales.
Para quien no tenga idea de lo que es el CIG, es el lugar en donde científicos forenses estudian los restos humanos de personas que son encontradas en fosas clandestinas.
Quisimos conocer si es mito o realidad las historias que se cuentan al respecto y encontramos relatos increíbles.
El entrevistado nos contó que en el CIG normalmente trabajan cuando traen cuerpos de otras partes del estado para ser estudiados y reconstruidos.
Pero mientras lo reconstruyen e identifican, los restos humanos son depositados en una recámara frigorífica, en donde se mantienen a una temperatura para que no se descompongan y puedan ser devueltos a sus seres queridos.
“Ahí es donde se escuchan lamentos, gritos, quejidos”, dice uno de los trabajadores de la FGE al referirse a la bóveda de depósito.
Según el informante, solo son expresiones como las de una persona normal, pero en este caso, ya no tienen vida y están adentro del congelador.
“En otra ocasión se escucharon golpes fuertes, pero tan fuertes que parecía que alguien se había quedado atrapado y quería salir”, expresó el cronista, quien reconoció que debido a ello ya no pudo pasar la noche tranquilo.
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Y es que según nos describe, en el CIG no se quedan a trabajar de noche, solo hay personal de guardia y ese está concentrado en un punto del inmueble.
“Por eso sabemos que si ocurren sucesos paranormales,” reconoce y expresa: “Hubo un compañero que se encontraba a bordo de la patrulla, eran como las dos de la madrugada y no había alguna otra persona con él, pero le tocaron la portezuela del lado en donde tenía recargada la cabeza y buscó a ver quién había sido pero no encontró a nadie, al amanecer nos contó lo ocurrido y todavía le daba escalofrío”, dice.
Extraños sucesos vendrían desde antes del CIG
Para el entrevistado, los hechos son ciertos a su creer porque dice que personas externas a la FGE les han comentado de algunos sucesos que veían en ese lugar antes de ser el CIG.
“Mucha gente dice que en ese rumbo penan las almas de los difuntos que hubo por una barrancada, y han visto personas o al menos eso parecen, a altas horas de la madrugada y sin tener nada que hacer ahí” relata el narrador.
Lo cierto es que cerca del Centro de Investigación Genética no ha otro inmueble más que el cuartel de la Delegación XVI de Seguridad Pública, pero cada espacio cuenta con su barda perimetral y son complemente independientes.
Para terminar la entrevista, el trabajador dijo aun cuando la ciencia se opone a creer este tipo de sucesos, los médicos que trabajan ahí saben que son cierto porque también han sufrido algún evento de este tipo.
“Al Semefo llegan cuerpos de personas que murieron de la peor manera, por eso sus almas pueden andar penando en este mundo cuando ni siquiera saben que probablemente ya anden en otra dimensión”.
“Por eso es por lo que el ambiente se percibe pesado, no es nada fácil andar en un lugar como estos, tú no sabes en qué momento puedes encontrarte con algo o alguien diferente”.