Xalapa, Ver.- El intento de la cuarta transformación para destituir al Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz, desde el Congreso local fracasó porque el grupo legislativo de Morena no consiguió los 34 votos que se requerían para la aprobación de los dos dictámenes de juicio político en su contra.
La mesa nunca estuvo puesta a favor de Morena, que desde el inicio de la Legislatura, el pasado 5 de noviembre, ha mostrado públicamente la intención de remover a Winckler Ortiz, pues 19 legisladores derrotaron a la mayoría parlamentaria.
La suspensión de la continuación de la sesión extraordinaria en la que se votarían los dos dictámenes de juicio político demostró lo que desde inicio de semana se rumoraba en los pasillos: que los votos para aprobarlos eran insuficientes, ante la falta de estrategias políticas, la presunta ruptura al interior de la bancada de Morena y la supuesta repartición de 30 millones de pesos, provenientes del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Minutos antes de las 17:00 horas, llegó hasta el Palacio Legislativo el Fiscal acompañado de asesores, abogados y la “porra” que desde la realización de las audiencias de pruebas y alegatos como parte de los dos juicios políticos que tiene en su contra hicieron acto de presencia.
El abogado de los veracruzanos portaba un traje negro, corbata azul cielo y calzado perfectamente pulcro, pero lo que más resaltaba era su sonrisa, la que en cada visita al Congreso del Estado ha mostrado y la cual fue comparada por el abogado Arturo Nicolás Baltazar con la del exgobernador Javier Duarte de Ochoa y el narcotraficante mexicano Édgar Valdez Villareal, conocido como La Barbie, por ser “cínica”.
Dicha sonrisa se le borró cuando integrantes de los Colectivos de Búsqueda le reclamaron la falta de atención a los casos y los nulos resultados en las carpetas de investigación, hecho que aparentó no importarle porque incluso no respondió a sus reclamos.
A paso lento, por la aglomeración de reporteros, fotógrafos, camarógrafos y personal de la Fiscalía, Winckler Ortiz se abrió paso para llegar hasta el recinto, donde se reanudaría la sesión extraordinaria en la que se votarían los dos dictámenes de juicio político en su contra.
Tal y como lo hizo el pasado jueves, el Fiscal se sentó en la primera fila de sillones que se encuentran en el recinto para el público del lado de la bancada del PAN, cuyos integrantes lo han defendido y cobijado desde el inicio de la actual Legislatura.
Los integrantes de los Colectivos le mostraban las pancartas con las que pedían que se fuera del cargo, mientras se enteraban de que la sesión había sido suspendida, fue en ese momento cuando la sonrisa le regresó, dado que ya se encontraba sentado, rodeado del personal que siempre lo acompaña y sabiendo que no sería juzgado por los legisladores. Un reportero le cuestionó el motivo de su risa, a lo que sin preocupación alguna le respondió “es por frustración, por ver cómo están usando el Poder Legislativo para esto”.
Los familiares de personas desaparecidas declararon a los medios que buscarán “de cualquier manera” que el Fiscal sea removido de su cargo porque lo único que han tenido de él ha sido “desprecio, ineficacia y falta de atención”. “Si no se va por dignidad, entonces que se ponga a trabajar o que deje en su cargo a alguien que sí se interese en atendernos”, fue el reclamo común de los integrantes de los Colectivos Familias Enlace Xalapa y Colectivo por la Paz Xalapa.
La suspensión de la sesión, misma que fue dada a conocer a los legisladores cinco minutos antes de las 17:00 horas, según acusaron los panistas, se realizó a través de un oficio firmado por el titular de la Secretaría General, Domingo Bahena Corbalá.
Lo dicho por la bancada de oposición pudo comprobarse cuando la diputada de Morena, Adriana Paola Linares Capitanachi, apareció en el recinto y ante la sorpresa de ser la única de su bancada, se retiró apresuradamente antes de que los representantes de los medios de comunicación pudieran acercársele.
“Por instrucción del diputado José Manuel Pozos Castro, presidente de la Mesa Directiva y la Junta de Trabajos Legislativos, en uso de la atribución que le confiere la Fracción IV del artículo 24 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo por este conducto se les comunica que el primer periodo de sesiones extraordinarias, correspondiente al primer año de ejercicio constitucional, convocado para su reanudación del día viernes 8 de febrero del año en curso, a las 17:00 horas se prorroga hasta nuevo aviso”, indicaba el documento que fue turnado a los legisladores.
Las pantallas permanecieron apagadas para impedir que los 19 legisladores, de las fracciones del PAN, “Del Lado Correcto de la Historia”, PRD-MC y el priista Juan Carlos Molina Palacios, que votarían en contra de los dictámenes registraran su asistencia.
A las 17:15 horas y justo cuando el coordinador de la bancada panista, Sergio Hernández Hernández, daba entrevista a los medios de comunicación en la que aseguraba que con la suspensión de la sesión se violaba el reglamento del Congreso, las luces del recinto comenzaron a apagarse, hecho que causó gritos y rechiflas.
“Esto es una falta de respeto porque hay diputados y público presente” acusaron los legisladores, por lo que minutos después las luces fueron encendidas.
En ese momento, tanto los asesores, como el personal del Congreso e incluso los legisladores y el propio Fiscal sabían la forma en la que debían actuar ante los hechos, ya que previo a la suspensión los asistentes sólo tenían un panorama: evitar que los dictámenes de juicio político prosperaran.
El Fiscal, que mantenía la sonrisa e incluso se tomaba selfies con algunas personas que se le acercaban para mostrarle su apoyo, aseguró que nunca le fue notificada la suspensión de la sesión, sino que por la mañana recibió un documento en el que se le informaba que debía presentarse a las 17:00 horas en el Palacio Legislativo.
Tras varios minutos, los 19 legisladores se trasladaron a la parte posterior del recinto, a fin de ponerse de acuerdo sobre la declaración conjunta que harían ante los medios. Pese a las paredes, los aplausos, risas y silbidos de los legisladores se escuchaban, tal y como si estuvieran en una fiesta en la que hasta fotografías se tomaron.
La bancada del PAN: Sergio Hernández Hernández, Enrique Cambranis Torres, Juan Manuel De Unanue Abascal, María Josefina Gamboa Torales, Rodrigo García Escalante, María Graciela Hernández Iñiguez, Nora Jessica Lagunes Jáuregui, María De Jesús Martínez Díaz, Omar Guillermo Miranda Romero, Montserrat Ortega Ruiz, Judith Pineda Andrade, Bingen Rementería Molina, Ricardo Arturo Serna Barajas, salió al recinto.
Seguido de ello lo hicieron Erik Iván Aguilar López del PT; Gonzalo Guízar Valladares del PES; el priista Juan Carlos Molina Palacios; Ivonne Trujillo Ortiz de Movimiento Ciudadano; así como Brianda Kristel Hernández Topete y Florencia Martínez Rivera del PRD.
Los legisladores se colocaron en las escaleras de la tribuna para dar públicamente su votación en contra, hecho que realizaron uno por uno con la mano levantada y esperando ser fotografiados o grabados por los integrantes de los medios de comunicación.
Para aderezar el hecho aseguraron que se contaba con un notario que certificaría la votación con lo que evitarían “madruguete” de parte de la bancada de Morena, no dieron a conocer el nombre del mismo supuestamente por “cuestiones de seguridad”.
En esta ocasión, Sergio Hernández no fue el líder, tampoco el que diera la cara por los panistas, ni el que acusara las presuntas amenazas que han recibido de parte del Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, pues Gonzalo Guízar Valladares se convirtió en la voz cantante del grupo contrario a Morena.
María Josefina Gamboa Torales y Juan Carlos Molina señalaron que han sido víctimas de amenazas del Secretario de Gobierno, al saber que ya no pueden cuentan con los 34 votos para que proceda la destitución de Winckler Ortiz.
“Lo hacemos responsable, ya basta de amenazas, extorsiones”, dijo el representante por Coatzacoalcos; mientras que Molina Palacios afirmó que a él le dijeron que si votaba en contra, “desde México vendría un golpe muy fuerte contra todos los diputados que estamos aquí unidos”.
Luego de las declaraciones los legisladores se retiraron del recinto y nuevamente se escucharon los aplausos y carcajadas con las que dejaron en claro que los integrantes de Morena no tendrán el camino fácil.
Mientras los legisladores distraían a la prensa con la votación y las declaraciones, el Fiscal, sus acompañantes y porra salieron del recinto tratando de evitar que los representantes de los medios de comunicación lo abordara, lo que no fue posible, por lo que en el patio central del Congreso dedicó un par de minutos para declarar.
Ahí afirmó que otros diputados le habrían expresado su respaldo para que continúe al frente de la instancia ministerial, pero se negó a revelar los nombres “yo sé que hay muchos más que me han expresado a mí su ánimo de ir en contra de esa decisión, evidentemente esperamos a ver qué se resuelve. La ley señala específicamente que debe suceder, pero ya no sé qué pensar, porque la ley señala desde el inicio una cosa y aquí han venido haciendo totalmente lo contrario”.
Tras ello, fue escoltado por su equipo de seguridad y salió con la sonrisa pintada en el rostro, pese a que los integrantes de los Colectivos lo señalaron como el responsable de los ataques o agresiones que pudieran tener al haberlo enfrentado.
Más tarde, la bancada del PAN aseveró en un comunicado que la coordinadora del grupo mixto PRI-PVEM, Érika Ayala Ríos, se habría sumado a la votación en contra de los dos dictámenes de juicio político, lo cual no había sido confirmado por la legisladora.
Los rumores en los pasillos del Palacio Legislativo volvieron a surgir, en esta ocasión para decir que el grupo de Morena buscará las acciones legales para el “agandalle” y lograr aprobar los dictámenes contra el Fiscal, lo que se podrá comprobar a más tardar el miércoles de la próxima semana, fecha límite para que estos recursos pasen al pleno para su votación
