Maltrata, Ver. - Francisco López, Cecilio Terán, Juan B. Rosas, Guzmán Vázquez, Rey de Rosas, Hilario Flores y Victoriano Barranco hicieron historia en Maltrata el 8 de julio de 1924, cuando su lucha por dejarle a los campesinos su tierra, terminó en una masacre que marcó a muchas familias y que hoy en día siguen haciendo historia.

Los Mártires de 1924, fue un grupo de hombres encabezados Cecilio Terán, quien alrededor de 1920 fue presidente del Comité Ejecutivo Agrario, a la par, su compañero y presidente municipal de Maltrata Francisco López, fue secretario de este comité, luchaban por los derechos de los campesinos, quienes en ese entonces se estaban viendo afectados por hacendados ricos que querían sus tierras "por la mala".

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Viendo esta lucha de los campesinos, Francisco López Poceros, quien era alcalde de Maltrata en aquellos años, vio la necesidad de lucha y se sumó.

Guadalupe López Machorro es nieta de Francisco, uno los Mártires de Maltrata, y en entrevista narró como fueron los hechos que a decir de su tía Esther, hermana de su padre, les narraron la historia de quien fue su abuelo, como murió y como su abuela la señora Lupita Rojas se entero de los hechos ocurridos en 1924.

A sus 54 años recuerda que alrededor de sus 35 años, su tía le contó la historia de los Mártires, donde su abuelo y sus amigos perdieron la vida, "mis abuelos eran comerciantes, mi papá vendía mechas, velas, petróleo y barras de jabón. En esos años la abuela tenía una tienda y una posada donde se llegaron a hospedar Maximiliano y Carlota".

Cabe hacer mención que sus abuelos llegaron a Maltrata, oriundos de Boca del Monte, pero por la Revolución y la masacre que se dio, llegaron a las tierras de esta zona.

Los Mártires, que saben de ello su descendencia

Narró que su abuelo, siendo presidente de Maltrata alrededor de 1920 o 1921, busco la forma de ayudar a los campesinos para que no les quitaran sus tierras, "los hacendados siendo que eran ambiciosos, mi abuelito les ayudo, pero mi abuela le decía que en cualquier momento lo podían matar, pero él le decía que no importaba, pues daría algo a los campesinos".

Recuerda que su tía le contó que con papeles en mano respecto a lo pedido por la Ley Agraria fueron los 7 mártires que viajaron a Balastrera y Ciudad Mendoza a llevar dichos papeles, pero a su regreso la sorpresa fue que el Capitán Sarmiento y su gente armada los sorprendió a tiros en la Estación de Maltrata.

Ese día, la lluvia limpiaba la sangre de los Mártires, misma que corría por los charcos de agua, "recuero que mi tía me dio que ese día un joven corrió a la casa a avisarle a mi abuela Lupita que mi abuelito había sido baleado junto con los del Comité, ella sale corriendo y mi papá y mis tíos atrás de ella".

Ya había gente alrededor de ellos, la escena fue triste, pues así como su abuela y sus tíos, llegó la demás familia de los Mártires. Comenta que su abuelo fue ultimado de 7 disparos a la edad de 46 años, terminando así también su presidencia municipal.

Días después se dio a conocer que los culpables fueron atrapados y a su abuela le preguntaron que quería que se hiciera con los malhechores, "mi abuela pensó que si los mataban o los colgaban, la familia de ellos iba a hacer venganza y para cortar de tajo con esto mi abuela con su voz de mando pidió la justicia se hiciera cargo de ellos".

Mártires del 8 de Julio, historia no contada

Los años pasaron y la historia de la libertad agraria no fue reconocida en los libros, por ello Teresita Poceros Carrera y Gabriel López Machorro realizaron una investigación exhaustiva donde se dieron a la tarea de buscar a nietos o bisnietos de los 7 Mártires para que ellos de lo que su familia les contaba se pudiera hacer un libro de relatos "de lo que la gente cuenta".

La entrevistada dijo que este libro es importante, pues lejos de saber la historia de la independencia de México y de la Revolución Mexicana, también debe de hacerse hincapié en la historia local, por ello el recopilado de relatos narrados.

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Bajo la ilustración de Cuauhtémoc Wetka, el 8 de julio se dio la presentación de este libro, donde algunos de los narrantes asistieron. Ahora este es leído en los talleres de lectura del grupo Entre Cumbres y Costumbres, pero también se busca reimprimir las ejemplares para darlos a los estudiantes de Maltrata y Balastrera.