Orizaba, Ver.- En la región de las Altas Montañas hay grandes necesidades de atención al patrimonio cultural, afirmó Fernando Miranda Flores, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Veracruz. Dijo que, aunque sí hay interés en las autoridades, en general, para trabajar en ello, tienen que empatar los tiempos en la gestión de recursos y las prioridades con los lineamientos de conservación.

Dijo en entrevista que actualmente se dan a la tarea de acercar al INAH con las autoridades y ciudadanos para coordinar actividades que en materia de conservación de patrimonio se realizan.

Indicó que, ante la falta de recursos para operación, las obligaciones que tienen que cumplir de repente los rebasan; “para nosotros una alternativa es involucrar tanto a los distintos niveles de autoridades como a los ciudadanos organizados en el cuidado de ese patrimonio, es algo que nos mandata la ley federal sobre monumentos”, señaló.

Agregó que hacen uso de la imaginación y de los recursos legales, con el fin de seguir cumpliendo con las labores del instituto y se tomen las medidas más convenientes para preservar ese patrimonio, que en la región es muy importante.

El también director del Museo Regional de Palmillas explicó que, en el caso de los ayuntamientos, éstos tienen que cubrir plazos legales, de manera que si algo se programa para llevarlo a cabo a lo largo del año tiene que cubrir ciertos lineamientos para evitar sanciones, en caso de que el que se aplique sea recurso federal. “Necesitamos coordinar todas estas buenas intenciones con el fin de que sea viable y se cumpla con los términos legales que implica la autorización de proyectos”, destacó.

El investigador mencionó que actualmente el INAH trabaja en espacios que, en su mayoría, están en uso o son sub utilizados, pero que tienen posibilidades de recuperación.

Actualmente, “en la zona estamos asesorando para cuando pretenden realizar actividades en zonas arqueológicas, como ocurre en Maltrata en el caso de su Xochitlalli o puede ocurrir con otras poblaciones porque es una actividad que se puso de moda; lo que nosotros planteamos es que las actividades que se realicen no rebasen la capacidad del sitio para que no lo pongan en riesgo, ni impliquen afectación a sitios arqueológicos, aparte de que buscamos orientar en dar un sentido cultural a esas actividades y no sean planteadas como un mero espectáculo”, concluyó.