Ante la difusión en medios nacionales e internacionales en los cuales se cuestiona el actuar del exgobernador veracruzano Fidel Herrera en su cargo como cónsul de México en Barcelona (2015-2017), su hijo, Javier Herrera Borunda, manifestó su molestia ante reportajes que, dice, de manera soez e injusta calumnian a su padre.
En sus redes sociales, Javier Herrera aclaró que su padre nunca ha tenido problemas con autoridad alguna, ni de México ni del extranjero.
“El hecho real es que todas y cada una de estas infames calumnias ya habían sido hechas en el pasado. Todas fueron desmentidas por la realidad y aclaradas a plenitud en su momento”. Reiteró que su padre dejó la vida pública para concentrarse en su salud.
Las publicaciones a las cuales hace referencia tienen como base “Las amistades tóxicas de Fidel Herrera”, texto escrito por Joaquín Gil para El País que ha generado polémica desde la tarde del domingo 6 de diciembre.
En su texto, el periodista español evidencia que desde su aterrizaje en España para desempeñarse como cónsul, por encargo de Enrique Peña Nieto, Herrera inició una de sus etapas más herméticas y desconocidas, desarrollada de 2015 a 2017.
Expone que Herrera fue monitoreado por la DEA y los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma de Cataluña. ¿El motivo?, dice, “su presunta conexión con el narco, según The Cartel Project, una investigación de Forbidden Stories, donde ha participado El País con más de 25 medios como The Washington Post, The Guardian, Le Monde o OCCRP”.
Y es que afirma que la fase de acumulación de pruebas arrancó después de que los Mossos d’Esquadra recibieran informes confidenciales que conectaban al político con los cárteles de la droga.
En la publicación, el autor recoge declaraciones de personas como Antoni Rodríguez, responsable de la División de Investigación Criminal de los Mossos, quien declara: “A los servicios de inteligencia criminal de los Mossos llegaron informaciones sobre cómo el cónsul de México podía estar relacionado con redes de blanqueo y grupos de importantes narcos de Cataluña”.
También comparte que habría vínculos entre Herrera y el empresario mexicano Bernardo Domínguez; el narco mexicano Juan Manuel Muñoz Luévano, alias Mono Muñoz, presunto enlace en Europa del cartel de los Zetas, así como con Simón Montero Jodorovich, “miembro de una célebre estirpe de narcos originaria de Centroeuropa”, investigado por tráfico de drogas, blanqueo y tenencia ilícita de armas.
A pesar de toda la información reunida, en el reportaje se informa que los Mossos no pudieron convertir los indicios contra Herrera en una causa judicial porque no les dio tiempo: “El priista renunció en enero de 2017 a su puesto como cónsul de México en Barcelona”.
El detonante fue el estallido de un escándalo que le vinculaba con la compra de material sanitario y medicinas falsas para tratar el cáncer durante su etapa como gobernador del Estado de Veracruz (2004-2010).