Orizaba, Ver.- Este día, Miércoles de Ceniza, miles de católicos de la Diócesis de Orizaba, acudieron a los templos para participar en la ceremonia litúrgica con la que inicia la preparación que la Iglesia llama Cuaresma o cuadragésima. Es un tiempo de reflexión, ayuno, vigila y arrepentimiento de corazón, de todos, solo así cambiará el panorama que se vive actualmente en todo el país, dijo el vocero diocesano Helkyn Enríquez Báez.
La cuadragésima son los 40 días que recuerdan los 40 años que el pueblo de Israel pasó en el desierto y los 40 días que Jesús pasó en el desierto. Es el tiempo suficiente de preparación la iglesia, antes de la solemnidad central que da sentido a toda la vida cristiana, que es la Pascua, es decir, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
El padre Helkyn Enríquez, párroco también de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en Río Blanco, explicó que la ceniza “nos recuerda la caducidad de la vida, lo etéreo del ser humano en esta tierra; por eso, una de las expresiones es polvo eres y en polvo te convertirás; la otra es arrepiéntete y cree en el Evangelio. Es un signo donde nosotros reconocemos públicamente que somos pecadores pero que deseamos cambiar”, apuntó.
Resaltó que el signo de la ceniza no tiene otro significado y no debe unirse a otros factores que resultan ser más supersticiosos.
Agregó que este tiempo se caracteriza por ser de ayuno, de oración y de penitencia, así como de obras de caridad. “El ayuno es obligatorio para los que tenemos entre 18 y 60 años y significa una sola comida fuerte al día y de ahí abstenerse, es una especie de gimnasia espiritual; si nosotros a la voluntad, al cuerpo, le decimos algo que es lícito como es el alimento, lo fortalecemos para que diga que no a lo que es ilícito”, señaló.
Los días viernes se hace vigilia, el nombre más correcto sería abstinencia, “ésta es no solo de evitar comer carne, porque hoy sabemos que algunos compran marisco y es mucho más caro; es abstenerse de algo que te gusta: el café, el refresco de cola, los dulces, en el caso de los niños”, ejemplificó.
Muchos fieles, mencionó, quieren autoimponerse la ceniza y eso no debe ser, tiene que imponerla un ministro. “La fórmula dice arrepiéntete y cree en el Evangelio, habla en segunda persona del singular, entonces tiene que ser otra persona la que la imponga, para evitar algunos excesos o si no, defectos de cómo se practica”, señaló.
Señaló que lo que se busca en este tiempo es el arrepentimiento de corazón, buscar un cambio de vida; eso va en sintonía con lo que se quiere del país, si se quiere un cambio en el país, se necesita un cambio en los individuos.
“El cambio del arrepentimiento en el corazón de las personas va a generar una conversión en esta ciudad, creo que es un llamado que no tiene una incidencia solamente interna, personal, individual, sino que al final si nos lográramos convertir todos, logramos una conversión de la sociedad; todo lo que la iglesia pide al final también incide en el bienestar de todos”, concluyó.