ACULTZINGO, Ver.- Las 80 familias que vivían en las colonias Juan Pablo II, Tiro al Blanco y en la comunidad de Potrero de este municipio, mismas que perdieron su patrimonio tras suscitarse dos barrancadas a mediados de este año aportarán únicamente mil pesos de los 185 mil que costará cada una de las viviendas que se construyen en la cabecera municipal, donde se les reubicará.
Este día, la secretaria de Protección Civil en la entidad, Guadalupe Osorno Maldonado llegó a este municipio donde constató la puesta en marcha de la edificación de las casas que estarán en un terreno junto al Auditorio Municipal, que adquirió el Ayuntamiento y donó con este fin.
La aportación que hará cada una de las familias lo establecen las reglas de operación de la Comisión Nacional de Vivienda, el terreno lo aporta el municipio, el gobierno del estado aportará el 75 por ciento del subsidio, mientras que el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional de Vivienda cubrió otra parte y en total se invertirán 6 millones de pesos en la reubicación de las 80 familias.
Una vez terminada y entregada la obra, el Ayuntamiento se encargará de brindar los servicios tales como agua potable, drenaje y conexión de electricidad.
Para lograr la reubicación de esas viviendas se realizó un dictamen de riesgo en cada una de las zonas siniestradas y se recomendó la reubicación; posteriormente se realizaron los dictámenes correspondientes a cualquier construcción de fraccionamientos; es decir, un dictamen de riesgo para desarrollos inmobiliarios.
Osorno Maldonado pidió a las familias, que permanecen en el albergue que se habilitó en el Auditorio Municipal a que se mantengan en ese lugar pues es un sitio seguro, hasta que se concluya con la construcción de sus viviendas.
Resaltó que en ese lugar se cuenta con una cocina móvil que permite dotar alimentos a los damnificados; aparte de que personal de la Jurisdicción Sanitaria y la Procuraduría del Menor, del DIF atiende los casos de personas que presentan estrés postraumático, a quienes atiende y da seguimiento para lograr su recuperación.
“Este albergue nos ha servido también para echar a andar un programa piloto de atención psicológica. Gracias a una psicóloga que tenemos en la secretaría trabajando y que le ha dado seguimiento a la situación, haciendo grupos con las mujeres, con los hombres, con los niños y niñas para que en caso de que necesiten atención más específica se les pueda brindar en las instancias estatales”, explicó.