Mar se come playa en Villa Rica y afecta a comerciantes

Doña Apolinar Viveros vive ahora a escasos metros del mar. El año pasado vio junto a decenas de personas cómo el mar ganó más de 100 metros de terreno

Karla Cancino | Diario de Xalapa

  · domingo 26 de enero de 2020

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

Actopan, Ver.- En octubre pasado, decenas de familias asentadas en la localidad de Villa Rica perdieron su forma de trabajo cuando, de manera súbita, el mar se “comió” varios metros de playa, llevándose consigo palapas, restaurantes y puestos. A tres meses de este hecho, lejos de recuperarse, los habitantes de la turística zona tienen un nuevo temor: perder ahora sus casas, ya que el mar sigue avanzando y ganando terreno.

Doña Apolinar Viveros vive ahora a escasos metros del mar. El año pasado vio junto a decenas de personas cómo el mar ganó más de 100 metros de terreno, llevándose consigo palapas, palmeras, sillas, mesas y construcciones hechas para recibir al turismo. Así de vivir a una cuadra de la playa vive junto a ella.

Hoy la mujer que dirige el negocio “Antojitos Mary” tiene miedo de perder no solo su local sino también su casa. Y es que el anuncio de algún frente frío, con vientos del norte de más de 100 kilómetros por hora, provoca alerta en la comunidad.

¿Hay temor de que el mar siga ganando terreno?, se le pregunta. "Sí, pues ahorita esta semana se llevó varias palmas más y vemos que está escarbando y llevándose los cimientos de algunas construcciones. Está feo y ahora estamos en peligro nosotros”, responde detrás de la cocina.

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

Aunque el negocio de antojitos está en servicio no hay un solo cliente. La poca gente que llega a visitar el sitio en el que habría desembarcado Hernán Cortés hace 500 años se va al ver el desastre. Palmeras volteadas de raíz, piedras enormes y las olas azotando con fuerza. En el mar solo se bañan un par de niñas de la zona.

Antes venía mucho turismo pero ya no vienen por la cosa de que el mar está feo. La gente no tiene espacio dónde andar, no hay dónde sentarse, no hay palapas ni nada”, refiere la mujer que insiste en que ahora la principal preocupación no es la baja de clientes sino el próximo norte. “Esperamos que no pase a mayores aunque nos avisaron que está durito el norte, de 110 km/h. Llega a venir así quién sabe qué nos vaya a pasar porque no es de que vengan nada más las olas sino que va escarbando y va a tumbando”.

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

Para la comerciante, la solución para que el mar deje de ganar terreno en Villa Rica es que se construyan escolleras o muros rompeolas que logren detener o aminorar el impacto del mar en la playa. Sin embargo, aseguró que hasta el momento no se sabe de ningún proyecto de este tipo y que cada día que pasa, el agua sigue subiendo y el mar debilitando los cimientos de las construcciones. “Ojalá y se nos haga porque en verdad la necesitamos”, explica y señala hacia el lugar en donde hace unos meses había playa “el mar ya está ahí, sigue escarbando y nos va a llegar acá”.

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

SIN TURISMO, EMPLEOS O APOYOS APENAS SE SOBREVIVE

Hace 50 años, Juan Alvarado llegó a Villa Rica. Y aunque a lo largo de este tiempo ha visto como el mar ha ido ganando terreno a la playa, lo de octubre pasado fue de gran magnitud ya que fueron más de 100 metros los que desapareciendo y se registró la pérdida de 30 palapas y unas 70 palmeras. “Negocios enteros desaparecieron. Empezó por ahí del 20 de octubre todo y aunque hubo gente que sacó sus cosas muchas otras se perdieron”, asegura.

El pescador y prestador de servicios explica que a pesar de que en su momento la noticia fue muy difundida y mucha gente compartió fotos y videos del momento en el que el mar entraba. A más de tres meses no se ha realizado ninguna obra pública que permita a los habitantes tener la certeza de volver a construir sus restaurantes o colocar sus palapas y mesas. “Ya no hay manera de meterse al agua porque el mar ya no circula. Turismo ya no, muy poca gente es la que viene porque no hay playa”, refiere.

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

A unos metros de donde don Juan platica, un grupo de personas trabajan en el terreno en el que había un negocio. Con maquinaria pesada intentan despejar el espacio que hasta hace unos meses alojaba a turistas que acudían a conocer y disfrutar de una playa tranquila y familiar. “Desde hace varios años que va poco a poco subiendo el nivel pero no había pasado que fuera tan drástico porque ahorita tumbó las palapas y todavía había una calle así y ya no hay nada de eso. Todo se lo llevó el mar. Ahí lo que están haciendo ésa gente es para proteger sus casas pero todo es particular. Cada quien busca proteger sus casas como puede”, refiere el pescador de 69 años.

Para don Juan, la solución al problema también es la construcción de un rompeolas que haga que la fuerza del mar disminuya. Sin embargo, asegura que ninguna autoridad ha llegado a la zona a proponer alternativas para proteger a la gente de la localidad. Entre el azote de las olas y la lentitud de las autoridades para proporcionar soluciones está la población de una zona que vive casi en su totalidad del turismo. Por lo pronto, el periodo vacacional de fin de año ya puede considerarse como perdido ya que fueron mínimas las personas que acudieron a visitar la playa. Ahora su esperanza es que antes de que llegue la Semana Santa se pueda acondicionar el lugar para recibir visitas.

Foto: Alberto Delgado | Diario de Xalapa

Yo soy pescador pero como no hay pesca me dedico al turismo. Rento mesas y vendo cocos, bueno venía y rentaba porque ahorita nada se está moviendo. En diciembre vino muy poca gente y ahorita con esa poca gente es con la que estamos sobreviviendo. Pedimos prestado y ahí va uno”.

A 500 años de que Hernán Cortés conociera estas playas, los habitantes viven dificultades económicas severas. Lo peor, asegura don Juan, es que ni el aniversario de la llegada de los españoles pudo revivir la zona turística ya que todos los reflectores voltearon al puerto de Veracruz. “Estamos todos sin trabajo aquí porque de la playa sobrevivíamos todos. Antes había empleo temporal pero ahorita no ha habido nada. Así hemos estado. Y de los 500 años ni me hable porque aquí no se celebró nada. Si aquí se hubiera hecho algo nos hubieran traído gente y le quitaban a Veracruz todo lo que le dan pero aquí hubo una cosita de media hora, un bailecito de tiempos de antes y sale. Eso fue todo”, concluyó.