Orizaba, Ver.- Para Marcos Julio Carrasco Guerra, mantener limpia la ciudad es una responsabilidad que asume junto con otros 47 compañeros del área de Barrido. Su jornada comienza a las 4:30 de la mañana. Dice sentirse contento porque la ciudad luce sin basura, pues la mayoría de sus habitantes entendió que mantenerla así también es su responsabilidad.
De su descanso se toma unos minutos para platicar, con buen ánimo. Recuerda que desde hace 22 años labora en el área de Limpia Pública. En 1999 ingresó al Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Orizaba, como eventual y como tal formaba todos los días para saber qué trabajo realizaría. Recorrió varios departamentos, parques y jardines, mercados, hasta que llegó a Limpia Pública y ahí se quedó.
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Realiza su trabajo durante la madrugada
Su hora de entrada es a las 4 de la mañana y la jornada concluye a las 13:00 horas. “Vivo en la zona Norte de Orizaba, pongo el despertador cuarto para las tres, suena, me levanto, voy al baño, me cambio de ropa, tomo mi cafecito y salgo de la casa veinte para las cuatro y llego antes de las 4 a la bodega de barrido”, platica.
Checa la terminal biométrica y firma la lista de asistencia, luego, como sus demás compañeros, hace su escoba y se reporta con el supervisor que les asigna la ruta que barrerán: la Norte, Sur, centro o de la Calle Real a Oriente 9, donde están quienes llevan el carrito. El vehículo del área los lleva a donde trabajarán en el barrido.
“Con la bendición de Dios comenzamos alrededor de las 4:30 de la mañana hasta las ocho, que es la hora del desayuno. Hacemos un paréntesis para compartir los alimentos, después de media hora, seguimos la labor en las calles hasta las 12:30, cuando pasan por nosotros y checamos la salida”, agrega.
Hay quienes reconocen y agradecen su trabajo
Dice que en su trabajo diario encuentran vecinos con buena perspectiva del trabajo de limpia pública, pero también con una que otra, que es grosera, “pero usamos la experiencia y paciencia. No falta el conductor que pasa y arroja la basura, al que le decimos ayúdenos a conservar limpia la ciudad y contesta enfadado: para eso te pagan, ya pagué mis impuestos; y les comento: “yo también cumplo con mis impuestos y soy servidor público. No se vale que por una persona sin criterio y visión se eche a perder la labor de los empleados del departamento de barrido”, añade.
Lidian también con quienes sacan su mascota a pasear y dejan que en la calle hagan sus necesidades, pero también hay personas que sí recogen las heces de sus perros. Subraya que tener una mascota requiere de cuidados y responsabilidad para recoger las heces fecales.
Vamos por buen camino como ciudad limpia
Destaca que, de hace 14 años a la fecha cambió el sentir del servidor público sobre mantener su ciudad limpia. Es un reto lo que consiguió el Ayuntamiento: la escoba de Plata y la de Oro. “Hoy llegan demasiados turistas a Orizaba, lo que quiere decir que vamos por el camino correcto. La gente que nos visita se acerca y nos felicita, se sorprende de la limpieza de las avenidas”. Dice que es bonito que reconozcan la labor de un barrendero.
Afirma que barrer las calles de la ciudad no es algo que le cause pena, pues el que hace es un trabajo digno, “soy un servidor público y me gusta mi trabajo, como todos, conlleva riesgos y sacrificios, pero las palabras de aliento nos hacen sentirnos orgullosos”, resalta.