Xalapa, Ver.- Sólo el 1% de la población económicamente activa en México se dedica a la investigación científica, pero aún más y es que sólo el 0.0008% de ese 1% son mujeres investigadoras, expresó Andrea Farías Escalera, coordinadora del Centro de Reclutamiento de Nuevos Talentos del Instituto de Ecología (Inecol).
Detalló que este 11 de febrero fue declarado por la Unesco como Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, por lo que se pretende es integrar a un sector que es muy grande y que no se aprovecha el talento que puede haber en las niñas y las mujeres dentro de la ciencia.
Farías Escalera destacó que es necesario que las niñas y las mujeres se interesen en el desarrollo tecnológico de su país y que sepan que no es imposible hacer una carrera científica.
Indicó que en otros países, sobre todo desarrollados, la inclusión de mujeres en el ámbito científico llega hasta un 30% del total de científicos que poseen, pero en México no sólo es bajo el número de científicos, sino que el porcentaje de mujeres entre esos científicos es mínimo.
Como titular del centro de reclutamiento indicó que se trata de que las mujeres y las niñas vean que es posible ingresar al trabajo de investigación y que ellas lo perciban como una opción viable.
Reconoció que México está por delante de otros países en vías de desarrollo, tanto en el número de científicos como en el porcentaje de científicas en Latinoamérica, con la excepción del caso de Brasil.
A pesar de que cada vez hay más mujeres integradas a la labor científica, indicó que las cifras son insignificantes, por ello se hace este tipo de promoción, de ahí que no se pretende quitar el trabajo de los hombres, sino de sumar ahora el trabajo de las mujeres.
“A nivel global hay lo que se llama un techo de cristal que impide que las mujeres por cuestiones ambientales, sociales, de cultura o la educación de sus países solitas se condicionan a labores de la casa o hay profesiones que ellas dicen que no son para mujeres, como es el caso de las ingenierías que pareciera sólo son para los hombres”, indicó.
Explicó que ese llamado “techo de cristal” se conforma por comentarios o prejuicios sobre el desempeño o las funciones que tiene que desarrollar una mujer y se tiene que romper y hacerles ver que ser mujer no implica no poder acceder a ciertas áreas y que hay las mismas oportunidades para las niñas y los niños.
Destacó que es precisamente en el nivel secundaria cuando las niñas definen el rol que habrán de seguir en la vida, por eso al tener esos prejuicios sociales o que les falten laboratorios para experimentar es que ellas no están cerca de las ciencias, pero en el Inecol se trata de que todos los que ingresan sean la mitad niñas y la otra mitad niños y no hay ninguna diferencia.