Orizaba, Ver.- A 116 años del natalicio de Francisco Gabilondo Soler Cri-crí (1907-1990), quien nació un 6 de octubre en Orizaba, se le recuerda como uno de los más grandes compositores de México del siglo pasado. Su nieto, Oscar Gabilondo, dice que el ‘Grillito Cantor’, además se destacó como boxeador e incluso noqueó a ‘Mohamed El Terrible’, un reconocido pugilista del gremio de los ferrocarrileros.
Recuerda que durante la época que su abuelo Francisco vivió en Orizaba, se consumó como boxeador y obtuvo el título como amateur. En peso Welter logró el premio como campeón estatal, antes de 1927”.
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Justo atrás del Palacio de Hierro y cerca de los baños Mancera entrenaba todos los días, como muchacho sano y buen deportista, dijo el nieto.
Ahí se ejercitaba con sus amigos hasta que llegó una persona que pertenecía al sindicato de ferrocarrileros, le decían ‘Mohamed el Terrible’ y lo retó a una pelea simple sin subirse al ring, tenía el título de campeón estatal. Empezó la pelea en la parte posterior del emblemático edificio y en el primer round, Cri-crí envió al piso al terrible Topete Mohamed, dijo.
Lo anterior consagró a su abuelo, que había ganado fuera del ring a un peleador de gran altura en Veracruz y, que fue muy temido tanto por ferrocarrileros como por boxeadores.
Dijo que se trata de una historia inédita, pues de ahí siguió entrenando para conseguir otros títulos. Mohamed decía que no le dio tiempo de quitarse los lentes y por eso lo había tirado Francisco Gabilondo Soler, "pero dígame, ¿Cuándo un boxeador usa lentes para echarse un tiro con otro? Mi abuelo platicaba que eso lo hizo ‘El Terrible’ para justificar la caída, pues cuando uno se pelea, se quita los lentes; además, es de mala educación pegarle a alguien con anteojos”.
Vivió en tres viviendas del corazón del Pueblo Mágico
La mamá de Francisco Gabilondo Soler, Emilia Soler Fernández vivió con sus padres en una casa en la Calle Real, justo a un costado del hotel Trueba, desde niña y adolescente hasta el día en que se casó con el papá de Pancho Gabilondo, don Tiburcio Gabilondo Goya, agregan Oscar Gabilondo y Nina Paz, de la Fundación Francisco Gabilondo Soler Cri-crí A.C.
“Después vivieron en una casa en Colón, desconozco el número y ya no existe ese edificio”, relata.
Afirma que Francisco Gabilondo nació en la morada que todos conocemos, a espaldas de la Catedral, pero ahí nació, no vivió en ese sitio.
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“Cuando se divorciaron los papás de mi abuelo, entonces Emilia se fue a la Ciudad de México, al sur de la ciudad, en San Ángel, en la calle de Reforma 5; dicha casa daba hasta la calle del Santísimo, ahí vivió hasta su fallecimiento”, revela.
Francisco se quedó a vivir con su padre y, después del divorcio habitaron una casa que estaba a un costado del hotel France, ahora son habitaciones del mismo hotel después de su remodelación”, explica.
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Comenta que en 1928, Francisco Gabilondo con su padre, don Tiburcio Gabilondo Goya y la esposa de su abuelo, Rosario Patiño Domínguez fueron a la CDMX, primero llegaron por una breve temporada a Isabel la Católica, después, en 1931 se fueron a vivir a la colonia Santa María la Ribera, a la calle de Sabino 105 y se cambiaron al poco tiempo a Sabino 66; más adelante a la calle de López Velarde 27. Ahí fallece el papá de Francisco Gabilondo Soler.
“Después, mi abuelo y mi abuela se cambian de domicilio a la Colonia Condesa, al edificio Condesa en la calle de Pachuca”, señala.
Alumnos de pre-escolar recuerdan a Cri-crí
Este día, niños de pre-escolar, caracterizados con los personajes de las canciones del ‘Grillito Cantor’ recordaron con cuenta-cuentos y música, el 116 aniversario del nacimiento del compositor infantil.
Ahí, Michelle Fragoso Martínez, síndica de Orizaba, recuerda que de la mano de "Cri-crí" se conoció a un rey de chocolate que tenía una gran nariz de cacahuate y su pelo era miel, que le brotaba y le brotaba. Supimos también de unos palomos que se casaron y fue un pingüino barrigón quien les dio la bendición. A aquella hormiguita, que cuidadosamente se levantaba las enaguas para que no la salpicara el chorrito.
A los niños les invitó a que nunca se sientan como la muñeca fea, que no se daba cuenta de lo valiosa que era y la cantidad de amigos que tenía alrededor; a que cuiden su lenguaje, “no vaya siendo que por mal hablados nos vayan a meter a un jarrón con un gran dragón al lado, como le paso al chinito Chong Ki Fu o el Negrito Sandia que decía muchas picardías".
Añade "Cuidemos a los animales, en especial, a los tlacuaches ropavejeros; seamos aplicados aprendiendo -como lo hacemos- con las vocales, desde la que viene con sus 2 patitas muy abiertas al marchar que es la A, hasta la U, como la cuerda con que siempre saltas tú y, seamos felices bailando ritmos como el tap del Negrito Bailarín o un buen tango como el Ché Araña”.
“Gracias infinitas al inolvidable y muy querido Francisco Gabilondo Soler, que desde el 14 de diciembre de 1990 eternamente duerme en el país de los sueños, seguramente acompañado de los 3 cochinitos dormilones.
Biografía de Cri-crí
La Secretaría de Cultura difunde una biografía de Francisco Gabilondo, en la que recuerda que fue un músico autodidacta, cuyas vivencias quedaron plasmadas en sus canciones, las cuales han sido traducidas a distintos idiomas y alcanzado éxito internacional.
La imaginación, la diversión y la inocencia de un pequeño crearon historias fantásticas durante toda su vida, en las cuales animales, objetos y lugares inimaginables cobraron vida en sus composiciones.
El 15 de octubre de 1934 se presentó por primera vez en la XEW, donde interpretó diversas piezas de su autoría, como El Chorrito, El ropero y Bombón I, que narra la historia de un rey de chocolate con el corazón amargo.
Permaneció al frente del programa radiofónico durante 27 años. Cada mañana deleitaba a la audiencia, principalmente infantil con canciones que se convirtieron en clásicos, como: El ratón vaquero, Che araña, La patita, Negrito sandía, Caminito de la escuela y La marcha de las letras, entre otras. Los fonogramas que grabó en distintas etapas de su trayectoria artística tuvieron gran éxito.
El Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), preserva un documental digitalizado sobre la obra de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri.
Alrededor de cuatro mil imágenes de partituras y arreglos musicales fueron digitalizados para preservar parte del legado de quien es considerado un referente en el campo de la creación de canciones infantiles en México.