“Este el lugar que ellos cruzan para llegar a su destino, al sueño americano, por eso pedimos a los mexicanos y al gobierno que se pongan la mano en el corazón y que protejan nuestros hijos”, pide Rosa Edith Mata, madre de Lilian Korina Ramos Mata quien hace dos años fue abandonada a su suerte en el desierto mexicano y de la que nunca se supo más.
Desde ese momento, su madre Rosa se ha dedicado a buscarla por todos sus medios. Esta búsqueda la trajo a México como parte de la 15 Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos que arribó ayer al medio día a Xalapa. “Esta es la primera vez que yo vengo porque necesito respuestas. Hace dos años que mi niña se me perdió”, narra antes de soltar el llanto.
Con la foto de su hija en las manos y la bandera de El Salvador cubriéndole el cuerpo, la mujer pide que la gente vea no solo la foto de su hija sino la de decenas de migrantes que desaparecieron en su paso por nuestro país. “Necesito respuestas”, insiste. Sin embargo, las respuestas que busca no son solo para ella sino también para cientos de madres que se quedaron en El Salvador pero que también buscan a sus hijos de quienes dejaron de tener contacto cuando atravesaban México con rumbo a Estados Unidos. “Nosotras aquí somos la voz de muchas madres que se quedaron allá esperando a que nosotros les pudiéramos ayudar a encontrar a sus hijos que también son nuestros y de ustedes”, asegura mientras saca más fotografías enmarcadas.
Hombres, mujeres y adolescentes de diferentes edades lucen sonrientes en sus fotos. Ninguno de ellos imaginaba que después de salir de sus países dejarían de tener contacto con su familia.
“Queremos saber dónde están, solo eso pedimos, saber de ellos”, clamaron.
SIGO AQUÍ, DE PIE, BUSCÁNDOTE HIJO
A unos metros de Rosa, se encuentra Reyna Isabel Portillo, madre de Marvin Leonel Álvarez Portillo.
Bajo un sol abrazador que sorprendió a los xalapeños el medio día de ayer, la mujer originaria de El Salvador tomó el micrófono y ante cientos de personas suplicó que dejen a los colectivos centroamericanos buscar a sus hijas e hijos en donde desapareciendo buscando “el sueño americano”. “La primera vez vine a México llorando pero hoy vengo con coraje porque ya es mucho tiempo sin saber de él”, asegura.
La integrante de la Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos asegura que desde hace 10 años perdió el contacto con su hijo y que desde entonces lo ha buscado con todas sus fuerzas. En el camino, el esposo de Reyna y padre de Marvin Leonel murió dejándola a ella luchando sola. “Yo sigo aquí, en pie, buscando a mi hijo (…) Marvin, hijo, donde quiera que estés quiero decirte que aquí estoy, de frente y buscándote”, aseguró.
Como Reyna, decenas de madres y padres arribaron a Xalapa en donde sostuvieron una reunión con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en su paso por la entidad. Previamente compartieron algunos testimonios en el parque Juárez de Xalapa y pidieron el apoyo de la ciudadanía para localizar a sus hijos, hermanos y seres queridos.
En medio del llanto, las madres centroamericanas pidieron el apoyo de los gobiernos para buscar a sus hijos a quienes aman tanto “como las madres y padres mexicanos aman a los suyos”. Pidieron que las fronteras nacionales sean abiertas para permitirles a los migrantes el libre tránsito por México, y es que, aseguran, quienes salen de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador lo hacen por la crisis económica y social que enfrentan estos países.
“Ellos no se vienen porque quieren, se vienen por necesidad porque en nuestro país” asegura Dersi Yohana García Hernández, madre de Yefri Adonnys González de 17 años.
La mujer originaria de Honduras explica que desde hace un año dejó de tener noticias de su hijo quien dejó el país con apenas 16 años. Lo último que supo de él es que se encontraba en Nuevo Laredo, Tamaulipas por lo que suplicó a la ciudadanía que si tienen algún dato de él o de su paradero lo hagan saber a través de la Asociación ProBúsqueda.
Esta es la primera vez que yo vengo porque necesito respuestas. Hace dos años que mi niña se me perdió
Rosa, madre de un migrante desaparecido