Surada causa un calor sofocante en el valle de Orizaba

La temperatura mínima que se logro sentir en la ciudad fue de 33 grados centígrados

Mayra Figueiras / El Sol de Orizaba

  · sábado 9 de marzo de 2024

La gente se protegía de los rayos solares con gorras, sombrillas o abanicos, mientras realizaban sus actividades cotidianas | Ilustrativa / Foto: Edgar Negrete Lira / Cuartoscuro.com

Orizaba, Ver.- Al terminar el horario de clases en las escuelas del valle de Orizaba, la comunidad estudiantil coincidía:tengo sed, que calorón tan fuerte”, “Mamá cómprame un helado o una botella de agua”. La temperatura que se registró fue de 33 grados en la sombra y de 35 a la intemperie.

La gente se protegía de los rayos solares con gorras y sombrillas, mientras iba al mercado o por los niños y niñas a las instituciones educativas de la ciudad.

Surada registrada en Orizaba aumentó la temperatura

Por efectos de una “surada”, aumentó el calor, en medio de lamentos de la población que buscaba la sombra de los árboles en el parque, los mercados y comercios del Centro Histórico.

Los pasajeros sudaban cuando abordaban el autobús que los llevaría a su hogar, empleo, al supermercado o por los infantes a las escuelas.

En el interior del mercado Melchor Ocampo se escuchaban los lamentos de las amas de casa: “el calor es horrible", y parece que así estará durante la primavera en toda la región de las altas montañas.

Josefina Reyes, empleada de conocida tienda comercial decía: “es el medio día y aún me quedan dos horas para terminar el turno”.

Ya son varios días que no cae ni una gota de agua del cielo, ni siquiera se ve una nube o sopla algo de viento que alivie este insoportable calor. La tierra quema. No es una exageración. Es literal la suela del zapato arde”, expresa.

En la alameda, Juan Rosas comenta: “tan solo llevo un pantalón de deporte y unas chanclas. La camiseta me la quité hace horas. El agua está caliente. No se puede beber”.

Jorge Martínez, empleado de un estacionamiento platica: ” no me gusta esta vida, pero es lo que tengo. Es un trabajo muy duro. Yo estoy obligado a hacerlo, porque debo llevar el sustento a casa donde me espera mi esposa y dos hijos”.

La población buscó la sombra de los árboles en el parque, los mercados y comercios del Centro Histórico | Mayra Figueiras / El Sol de Orizaba