Orizaba, Ver.- Los jóvenes son fruto de su generación, de que algunos padres les consientan y permiten todo sin ponerle límite, así como a una cultura impregnada de violencia y hedonismo que van permeando su mente, corazón y conciencia, afirmó el padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba, quien consideró que a pesar de todo ello la actual no es una generación perdida.
Consideró que lo que ocurre con los jóvenes es algo cíclico. “Recordemos que nuestros padres vivieron una época donde se consumía LSD, marihuana, donde también tenían eventos que en su momento escandalizaron a muchos, donde tenían ciertas prácticas que contravenían la moral de ese tiempo”.
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Como en ese entonces, después de eso vendrá una etapa de toma de conciencia y de evolución. Ahora estamos en otro momento de crisis, pero vemos que los jóvenes son fruto de su generación.
Muestra de ello es que la música que escuchan no transmite valores, sino violencia y una pansexualidad, que van perdiendo su mente su corazón y su conciencia. Además de que las familias, muchas veces han descuidado la formación integral de los hijos.
"Padres de familia se olvidan de educar a sus hijos con valores"
Buscan una buena escuela, que practiquen deporte, que desarrollen una expresión artística, pero se olvidan de formarlos en valores, de formar su espíritu, sus emociones.
No tomar en cuenta esto, genera una disociación en la personalidad de los jóvenes que se puede manifestar o en sus adicciones, en su soledad y depresión o en tendencias suicidas a consecuencia del bullying.
Aquí es donde hay que recuperarlos, dijo, en primer lugar, por los primeros responsables de la educación, que son los padres de familia, porque “pueden abandonar a sus hijos, aunque estén en la que consideren la mejor escuela. Los padres deben atender con amor, con responsabilidad, con preocupación, con cuidado y con ocupación”.
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La escuela y las Iglesias también hace su labor formativa, subrayó. “Por ejemplo, la mayoría somos cristianos evangélicos o católicos, pero también formamos a los niños y a los jóvenes, pero no los podemos hacer si no nos los llevan; por eso muchos jóvenes no asisten a la iglesia, hay muy poco porcentaje de chicos que van hacia las iglesias y eso hace que falte una formación espiritual”.
Añadió que el gobierno también debe generar medidas para ayudar en su desarrollo integral abrir más espacios deportivos, no limitarlos ni destruirlos; debe mejorar la educación, no la ideologización en las escuelas, sino una formación integral; ayudar a que los jóvenes tengan infraestructura donde puedan desarrollar actividades como el arte, el deporte la convivencia sana y pacífica.
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“Entre todos podemos tener una mejor generación de jóvenes, ésta no es una generación perdida como algunos dicen, pero sí es una sobre la que tenemos mucha responsabilidad para trabajar, para combatir estas situaciones de violencia que a lo mejor es lo que ellos viven en su hogar; para combatir la dependencia a las drogas, que a lo mejor es una evasión de su realidad y sus problemas, hay que preocuparnos y ocuparnos cada quien desde lo que les toca”, concluyó.